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Cosecha Roja.-

Kevin tenía 9 años y se había metido debajo de la mesa para protegerse de la balacera. Uno de los cien disparos atravesó la ventana de su casa en Villa Zavaleta y le dio en la cabeza el 7 de septiembre de 2013. Más de dos años después, la justicia condenó a dos hombres a siete años de prisión por homicidio en calidad de partícipes secundarios. “Estamos conformes con la pena, ahora hay que esperar los fundamentos del fallo”, dijo a Cosecha Roja el abogado de la familia Luciano Ortíz Almonacid.

Los jueces Gustavo Goerner, Rodolfo Bustos Lambert y Ana Dieta de Herrero condenaron a siete años de prisión a Milcíades Ramón Vázquez Quiroga y Francisco Darío Colman. Los consideraron partícipes secundarios en el crimen de Kevin. El titular de la Unidad Fiscal de Litigio Oral Estratégico, Abel Córdoba, y Almonacid habían pedido 15 años de prisión. Los fundamentos del fallo se conocerán el 18 de noviembre, según publicó el sitio Fiscales.

Durante el juicio, las declaraciones de los testigos y las escuchas del 911 fueron claves para determinar la actuación de la Gendarmería aquel día. “Todas las partes coincidieron en la grave e irregular investigación y actuación del personal de Gendarmería y Prefectura. La muerte de Kevin se debió a una zona liberada en el lugar”, dijo Almonacid.

Colman y Vázquez Quiroga fueron detenidos a pocos metros del tiroteo. Los identificaron los vecinos como parte de las bandas que se enfrentaban. El abogado explicó que ese día hubo un levantamiento en el lugar: “Zavaleta no es un barrio donde los vecinos acusan a las personas: pero murió un pibe y todos señalaban a los agentes de la Prefectura y a los dos hombres condenados”.

De la causa principal se desprende otra en el Juzgado correccional nº 14, encargado de investigar la actuación de Prefectura -a quien le corresponde ese pasillo- y Gendarmería. Está procesado el oficial de Prefectura Naval Daniel Stolfd por el delito de “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Roxana, la mamá de Kevin, hará una presentación con todas las evidencias obtenidas en el juicio.

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Negativo detonaciones y el panorama normal”. Eso dijo la policía al radio comando a las 9 de la mañana del día en que asesinaron a Kevin. Los vecinos llamaron al 911 ocho veces. Pedían ayuda y denunciaban que había decenas de tiros en un pasillo. La Prefectura estaba a 50 metros y dice no haber escuchado nada “por la lluvia”.

En los audios de los llamados al 911 se escucha:

Operador:- Pero, ¿qué es lo que pasó señor, entonces? Me dijo que escuchó disparos de armas de fuego.

Denunciante:- Sí, pero (…) están armados… O sea, están.

– ¿Ahora están disparando señor?

– Siguen disparando.

– ¿Cuántos disparos escuchó?

– Un montón, un montón.

– Pero cuántos señor…

– Como 20 a cada 5 minutos. Están disparando. Hay otra esquina en la que están armados disparándose.

– ¿20 disparos escuchó?

– Sí.. Escuché.

A las 8.58 consta que uno de los agentes se comunicó con el Comando radioeléctrico 6 y dijo que el panorama era “normal en la vía pública”. Cuatro minutos después le volvieron a preguntar:

Cdo Rad 6: -Señor, le notifico que ingresa una nueva constancia de la Villa 21. En la villa 21, señor. En la Plaza Kevin, Manzana 55, casa 88 señor. Hay varios masculinos generando detonaciones. Aproximadamente 8, señor.

– Señora, me encuentro en el lugar con el 1132 de apoyo y negativo detonaciones.

– Se tomó contacto con el denunciante, señor. Y escucha en estos momentos los disparos.

– Departamento, yo me encuentro justamente acá, en el lugar. Me encuentro justo en el lugar y negativo detonaciones. Y nadie se acerca al móvil para denunciar.

– Bueno, señor. ¿El panorama es normal?

– Me encuentro con el móvil de apoyo, el 1132. Estamos acá y negativo detonaciones y el panorama normal.

Media hora después los vecinos llamaron otra vez a la policía: “Apenas que se fueron volvieron los tiros”, denunciaron. Los oficiales no volvieron. A las 9.38 fue la última comunicación:

– 911 de la Policía Federal Argentina, ¿dónde es su emergencia?.-

– En la villa Zavaleta. Por favor, que le mataron criatura. Que le dieron en la cabeza. ¿Y dónde están los gendarmes? Por favor.

La policía llegó al pasillo cuando ya habían trasladado a Kevin al hospital en un auto particular. Allanaron la vivienda deshabitada y la de la familia del niños: se secuestraron 108 vainas, dos escopetas y dos revólveres. El calibre que mató a Kevin era 9 milímetros y no correspondía a ninguna de las armas secuestradas. Lo demás es historia conocida.

Foto: La Garganta Poderosa

Nota publicada el 11/11/2015