drogas-negCosecha Roja.-

Los partes policiales siempre empiezan más o menos de la misma forma: un masculino camina por la estación de tren, la plaza o una esquina oscura en “actitud sospechosa”. Cuando el pibe se cruza con un policía, pega media vuelta y trata de escapar. El oficial lo persigue, lo requisa, le encuentra un cigarrillo de marihuana y lo detiene. “Los casos arrancan igual. Los pibes se ponen nerviosos, alguno dice ‘dejame ir, tengo solo un porrito’. Creen que por decir eso no les va a pasar nada y los detienen igual”, dijo a Cosecha Roja Martina Allende, prosecretaria de la fiscalía federal Nº6. El final también es común: las causas por tenencia de estupefacientes para consumo personal terminan archivadas.

Las escenas se repiten en las estaciones de ferrocarril de Once, Retiro y Chacarita, en los barrios de Barracas, San Cristóbal y Parque Patricios. Esas son las zonas de la Ciudad de Buenos Aires con mayor cantidad de detenidos por tenencia de drogas para consumo personal, según un informe que realizó la fiscalía de Federico Delgado durante la segunda quincena de junio. Esas dos semanas tuvieron a cargo los operativos con las fuerzas de Seguridad y analizaron los datos para elaborar estadísticas: “el género y la nacionalidad se agregaron para determinar a quiénes se persigue”, dijo Allende.

De las 277 causas relevadas, el 73% (203 casos) de las detenciones es por infracción a la ley de drogas y el 27% se relaciona con delitos de competencia federal (74 casos) como amenazas de bombas en escuelas, venta ambulante, falsificación de documentos, suicidios en las vías del tren, trata de personas, secuestros extorsivos y delitos contra la propiedad.

La cantidad de detenciones por tenencia de estupefacientes para consumo personal (175 en 145 causas) muestran la “selectividad policial”. “Hay un estereotipo de peligrosidad armado que funciona para la policía”, dijo Allende.

El juez Martín Vázquez Acuña dijo a Cosecha Roja que “la selectividad es de las agencias de seguridad que detienen a estos jóvenes. En general son adolescentes, sin casa, que viven en la calle o tienen viviendas precarias. Por eso consumen en los pasillos, en la vía pública o en las plazas”.

La mayoría de los delitos relacionados con drogas son causas por consumo personal (71%). El 24% es por comercio de estupefacientes y el 5% por tenencia simple. Esos casos son “híbridos” porque los detenidos tenían drogas pero no se pudo demostrar si era para consumo o para comercialización.

Más de la mitad de las personas con sustancias para consumo personal fueron detenidas por usar marihuana o cocaína en la vía pública, el 45,5% por “actitud sospechosa” y el 1,5% por otro delito a partir del cual la policía le encontró droga.

Marihuana y cocaína son las únicas drogas secuestradas en estos casos. El 79% de las personas tenía un promedio de 15 gramos de cannabis, el 17% 2 gramos de clorhidrato de cocaína y el 4% ambas (1,66 gramos de cocaína y 8,69 gramos de marihuana).

“Hay una recodificación ciudadana del fallo Arriola. La gente cree que la conducta no está más prohibida, que no le va a pasar nada si fuma un porro en la plaza o en el tren”, explicó Allende.

Vázquez Acuña no cree que los jóvenes detenidos por fumar en la calle conozcan la jurisprudencia. “No andan con el fallo Arriola bajo el brazo. Son las fuerzas de seguridad las que hacen una pésima interpretación. El sistema penal opera sobre jóvenes con menos ingresos, abandonados sociales, que consumen en la calle. No lo hace sobre los que tienen posibilidad de consumir en un club privado o en su vivienda”, dijo.

Para la policía la ley 23.737 no cambió y las detenciones continúan. Siguen un estereotipo: joven de 25 años, argentino, que a veces trabaja y que consume marihuana o cocaína en la vía pública. “La respuesta judicial es otra”, dijo. El 100 por ciento de las causas por tenencia personal se archivan.