uruguaya suicidioVíctor D. Rodríguez – El País.-

La mujer que se suicidó con sus dos pequeños hijos, lanzándose a las aguas desde el dique de la represa Gabriel Terra, dejó dos mensajes a su compañero: en uno pedía que le cuidara a los niños; el otro decía: “Sé feliz”, relató un hermano del hombre.

La mujer dejó en los sillones del living de la casa dos mensajes que dejaron perplejo al dueño de casa, según relató Rodrigo Pintos, hermano de César —la pareja de la fallecida Viviana Benítez y padre de los dos niños de 4 y 7 años.

“Uno decía que le cuidara a los niños y otro solo decía: Sé feliz. También dibujó un corazón con una lapicera. Mi hermano se levantó como loco, y claro, al ver eso, pensó que era de los niños”, relató a El País.

Pintos señaló que a la mujer, de 27 años de edad, le habían practicado recientemente en Tacuarembó una tomografía, pero los resultados clínicos nunca llegaron a conocimiento de su hermano y rechazó la versión de que tenía cáncer.

No se sabe fehacientemente si la mujer estaba al tanto de los mismos. El vocero, afirmó que últimamente la señora padecía dolores de cabeza y al menos en una ocasión se mareó y cayó al piso.

“Nunca se le descubrió nada de eso” (en relación al cáncer) y explicó que “se mareó y se cayó una vez; hace un par de semanas ella tuvo un decaimiento, empezó con problemas en la cabeza hace poco y la llevaron a Tacuarembó, donde la estudiaron, le dieron unos análisis y mi hermano nunca pudo verlos”.

“Todo quedó quieto, supuestamente esos papeles se habían extraviado”. Y agregó: “ella tenía problemas mentales, pero del tema del cáncer nunca se despertó nada”.

Mientras tanto hasta ayer miércoles de tarde la búsqueda del cuerpo del pequeño de cuatro años había sido infructuosa, tras varios días de intensos rastrillajes.

Pintos dijo que la fallecida era delgada, tranquila, algo introvertida y dedicada de lleno a su casa y a sus dos pequeños hijos. “Mi hermano no quería que laburara, ella estaba solo para la casa y llevar los hijos a la escuela”, dijo Pintos. Pero agregó que últimamente “mi hermano le pedía que trabajara, por todo el tema de que ella tenía un problema en la cabeza y por ahí pensaba de más. Mi hermano venía cada 10 días de afuera, porque trabajábamos 10 días y venimos cuatro (días) para el pueblo”.

César, de 29 años, trabajaba en Tranqueras (Rivera) para AFE desde el 1° de abril.

“Tenían su casa juntos, no estaban casados, pero tenían sus alianzas, él tiene buen trabajo”, mencionó y remarcó que no había problemas de convivencia, más allá de los de cualquier pareja. Acotó que el día de la tragedia, su hermano se quedó durmiendo y pensó que la esposa y sus hijos se fueron a la casa de un familiar, pero al despertarse y ver los dibujos comenzó a preocuparse.

Luego sobrevino la tragedia. “Sobre mediodía escuchó pasar a los bomberos, llamó a la casa del hermano de su compañera y su familia no estaba allí”. Instantes después el hombre recibió una llamada de su hermano Rodrigo, informándole de un auto incendiado en la represa.

El cuerpo de la mujer y el de su pequeña hija fueron encontrados al otro día de la tragedia, el lunes pasado, en una zona de remanso entre las turbinas y el puente “roto” a 300 metros de la represa más antigua del país.

Un auto incendiado completaba la dantesca y enigmática escena. Cuando estalló se escucharon explosiones, del combustible del vehículo y de balas que estaban dentro del vehículo, relató el jefe del destacamento de Prefectura de la zona de San Gregorio, Baygorria y Gabriel Terra, Oficial Daniel Ortega.

“Estamos investigando. Del lado del acompañante fue encontrada una Biblia, parcialmente afectada por el fuego”, indicó a El País otra fuente cercana a la investigación.

Continúa la búsqueda del niño

En la represa de Paso de los Toros continuaba esta mañana la búsqueda del niño.

Fuentes cercanas a las tareas que se vienen efectuando, consultadas este jueves por El País, señalaron que la labor seguirá de tarde y que no han surgido novedades. “Hasta ahora todo sigue igual, solo se detiene la búsqueda por descarga eléctrica, pero con lluvia o viento, continúa”.

Foto: Víctor Rodríguez