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Sólo en los primeros 14 días del año se contabilizaron siete víctimas de violencia de género, seis de ellas en la provincia de Buenos Aires. El asesino nunca fue un extraño y se valió de técnicas brutales: degüello, asfixia o la muerte a golpes con lo que asegure el daño. El domingo, con una diferencia de apenas una hora, se cometieron los dos últimos casos.

Graciela Tirador –63 años, contadora y madre de tres hijos– sufrió saña. Según la confesión que ensayó en la comisaría luego de su detención, Luis Barbato la asesinó a golpes en la cabeza con un bate de béisbol y un fierro. Lo hizo durante la madrugada del domingo, tras irrumpir en la casa de José Luis Torres al 2400, del barrio Roca Merlo de Olavarría, para intentar convencer a Tirador de que volviera con él. La negativa enfureció al hombre que, según confirmó la autopsia después, tomó los dos elementos contundentes y le aplicó a la víctima al menos 20 golpes en la cabeza y en el cuerpo.

Según publica Tiempo Argentino, en el juzgado de familia Nº 1 de Olavarría quedó un expediente abierto donde Tirador había radicado varias denuncias contra Barbato por mostrarse violento luego de la ruptura. Pero la mujer luego desistió de seguir acusándolo por miedo a que su ex cumpliera la promesa de lastimar a sus hijos y nietos. Frente al fiscal, sin embargo, el sospechoso prefirió callar.

Una hora después, en San Andrés de Giles, René Emilio Costurie asesinó a martillazos a Natalia Vola. Pese a compartir la casa de Avellaneda y Manchi, los dos habían dejado de presentarse ante los demás como pareja. El sábado, la mujer, de 34 años, salió a bailar con amigas y al volver se acostó a dormir. La despertó Costurie empuñando un martillo. Golpeó tres veces hasta hundirle parte del cráneo. Después, en otra habitación, el hombre se ahorcó.

“En esta época del año siempre hay un pico de hechos porque en vacaciones el hombre agresor tiene más tiempo para pensar como acceder a la víctima para consumar su fin. Pero el fenómeno no se detiene. Más de 200 mujeres son asesinadas por año en nuestro país y eso nos debe preocupar a todos”, reflexiona Fabiana Tuñez de La Casa del Encuentro, la ONG que en 2012 contabilizó, solo en el primer semestre, 119 femicidios.

Para Perla Prigoshin, titular de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (Consavig) la variable estacional también influye. “Con los festejos por Navidad y Año Nuevo, por ejemplo, aumenta el consumo de alcohol y eso sumado al tiempo de ocio puede incidir en un incremento de casos. Y aunque no lo considero como un dato definitivo, percibo que el número no disminuye y eso implica actuar rápidamente para terminar con este flagelo”.

El jueves 10 de enero, la policía encontró el cuerpo de Clementina Ganz en la casa de Remedios de Escalada que compartía con su pareja Mario Daniel Secco. La mujer de 49 años estaba en avanzado estado de descomposición y cubierta con una sábana. El hombre, que había denunciado la desaparición de Ganz cuatro días antes, fue detenido.

Dos días antes,  el cadáver de Vilma Mariel Gil, de 31 años, apareció después de casi un mes en el volquete ubicado en una esquina de Valentín Alsina. Fue su concubino, Carlos Alberto Rodríguez, quien radicó hizo la denuncia por averiguación de paradero. Todavía está detenido como principal sospechoso.

En tanto, el mismo día en una casa del barrio Güemes de Orán, Juan Carrizo estrangulaba a su esposa María Teresa Vilte y luego se suicidaba colgándose de un tirante con una soga al cuello.
El 3 de enero, en una casa de Lincoln, Miguel Ángel López apuñaló 17 veces el cuerpo de su ex pareja Nélida Bustos. Después llegó el turno de la hija de Bustos, de apenas diez años, a quien atravesó otras siete veces. López se ahorcó más tarde con un alambre en un campo cercano.

La mayoría de los hechos se produjeron en territorio bonaerense y por esa razón, la diputada provincial Karina Nazábal insiste con pedirle al gobernador Daniel Scioli que declare la emergencia de género en la provincia de Buenos Aires.