Viale 5

– ¿Reducción a la servidumbre? Nosotros no retuvimos a nadie. El que se quería ir, se podía ir.

Juan Manuel Correa es uno de acusados por el incendio del taller de la calle Luis Viale en el que murieron cinco chicos y una mujer embarazada. Hoy amplió su declaración en una nueva audiencia y dijo que desconoce el motivo por el que se le imputa “reducción a la servidumbre”. Según él, las 67 personas que trabajaban más de 15 horas y que vivían hacinadas en el edificio lo hacían con “consentimiento” desde el primer momento en el que les ofrecieron casa y comida. “Bajo pésimas condiciones de vida, el consentimiento se rompe”, dijo a Cosecha Roja Jerónimo Montero, miembro de la Campaña de justicia por la causa. El fiscal Fabián Celiz remarcó durante la sesión que la reducción a la servidumbre es independiente del consentimiento del trabajador.

Correa mencionó a Daniel Fischberg, uno de los dueños de la marca para la que producían ropa en el taller de Viale. Aseguró que junto con Geiler eran propietarios y que tenían una participación activa: les dieron parte del préstamo para que compraran la maquinaria, además de pagarles por cada prenda terminada. “Si agrandábamos el taller, nos abastecían la producción completa”, contó Correa en el juicio.

La versión de Sara Gómez es distinta: ella trabajaba en el taller y el día del incendio perdió a uno de sus hijos, Harry de 3 años. “Queríamos volver a Bolivia, pero no nos pagaban. Seguíamos trabajando porque no podíamos arriesgarnos; si no hay pago de salarios nos están forzando. Además, la llave no la teníamos nosotros, sino los talleristas”, contó ante los jueces.

A los trabajadores les costaba mucho salir del taller, que cada vez que tenían que llevar a los chicos a la escuela “era una lucha”. Lo mismo pasaba cuando alguno de los trabajadores tenía que ir al médico. “Hay una serie de mecanismos muy sutiles para retener a los trabajadores”, explicó a Cosecha Roja Ayelén Arcos, miembro de la Comisión familiares y amigos de los sobrevivientes del incendio en Luis Viale.

Durante su funcionamiento, el taller recibió tres visitas de inspectores del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que hicieron “la vista gorda” a las pésimas condiciones de vida. A la defensa de Correa no le bastaron las palabras de Sara y consideraron “inconsistente” la declaración. “Pidieron un careo con ella, pero les fue negado”, dijo a Cosecha Roja la abogada Miriam Carsen.

Según Carsen, se prevee que las próximas audiencias sean muy largas. En la del 23, sólo se defenderá el otro capataz acusado, Luis Sillerico Condori.

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El juicio contra los capataces Juan Manuel Correa y Luis Sillerico Condori empezó el 18 de abril. Los acusan de ser los responsables del incendio ocurrido el 30 de marzo de 2006 en un taller textil de Caballito. El fuego comenzó con el sobrecalentamiento de cable que incendió el entrepiso del lugar, donde estaban las habitaciones para las 67 personas. Ese día murieron Harry Rodríguez de 3 años (el hijo de Luis), Rodrigo Quispe Carabajal y Luis Quispe de 4, Elías Carabajal Quispe de 10, Wilfredo Quispe Mendoza de 15 y Juana Vilca, una chica embarazada.