PabloVenturaCosecha Roja.-

La mirilla de la puerta del calabozo estaba a una altura de 1.82 metros. Pablo Ventura medía sólo 3 cm menos. La soga con la que dijeron que se ahorcó en 2008 en la comisaría 3º de Ezeiza era de 72 cm. Las cuentas no cierran y la familia pide que la causa deje de ser “averiguación de causales de muerte” y pase a homicidio agravado. “Pensamos que le dieron una fuerte golpiza y para ocultarlo lo ahorcaron e hicieron creer que se había suicidado”, dijo a Cosecha Roja el abogado de la familia, Héctor Jorge Pérez.

Hasta hoy la versión oficial era que lo habían arrestado por “intento de robo y resistencia a la autoridad” y que se había suicidado en la comisaría. El oficial Héctor Peñalba, uno de los que participó del procedimiento, se arrepintió: declaró que Matías no se resistió y que no le encontraron dinero. Para la familia, eso demuestra que estuvo todo armado. “Además, el policía contó que lo llevaron a la comisaría para que se tranquilizara, pero no para que quedara detenido”, dijo Pérez.

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El 12 de junio de 2008 Pablo tenía 24 años. Lo detuvieron en la puerta de la casa de su ex, con la que acababa de tener una hija. Al menos eso creyó hasta que lo mataron: tiempo después, la joven dijo que la bebé era de otra relación. Ese día discutieron y la familia de ella llamó a la policía.

Pablo hacía changas para un médico de la zona. Además tenía un kiosco en Muñiz al 1900 -Parque Chacabuco-. Lo había puesto con la ayuda de una tía que le prestó plata. En 2006 un amigo le presentó a la novia: le contó que la joven tenía problemas con la madre, que se peleaban mucho y que precisaba laburar. Él la tomó como empleada y empezaron una relación. Dormían en el kiosco.

A mitad de mayo de 2008 nació la hija, que Pablo creyó suya. Un mes y medio después lo detuvieron. Cuando los padres se enteraron llamaron a la comisaría. Les dijeron que un rato más tarde lo liberarían. A medianoche, como no tenían novedades, volvieron a llamar: Pablo estaba muerto.

La primera autopsia dio como resultado que había sido un suicido. El abogado pidió que se hiciera una segunda porque no se habían analizado los golpes ni el ángulo del ahorcamiento. Pero no se pudo hacer bien porque el cuerpo no había sido conservado y estaba en estado de descomposición. Falta que declaren cinco policías y, después, la querella insistirá en que se modifique la calificación de la causa.

En el caso interviene la Unidad Funcional de Instrucción Nro. 2 Descentralizada de Ezeiza y el Juzgado de Garantías Nro. 1 de Lomas de Zamora.