Cosecha Roja.-

En la localidad de Pérez, cerca de Rosario, seis personas fueron detenidas luego de un tiroteo. En uno de los celulares secuestrados se habría encontrado el teléfono de un alto jefe de la policía santafesina. Esa evidencia no fue incorporada en el acta policial. Un cabo se negó a firmarla y se desató una discusión en la comisaría que terminó con tres altos jefes policiales detenidos. Se los acusa de ocultamiento de pruebas.

El lunes a la noche, una vecina de la ciudad Pérez, que limita con Rosario, llamó a la subcomisaría 18ª. Desde su casa se escuchaban tiros que venían de la calle. Afuera dos bandas se tiroteaban frente a un kiosquito de drogas. Dos balas pegaron en la ventana de la casa de la mujer, llamada Adela. Un patrullero de la subcomisaría 18ª detuvo a dos jóvenes de 22 y 16 años y a una chica de 12 -a los que le secuestraron un revolver calibre .32- y pidió refuerzos al Comando Radioeléctrico, que salió en busca de la otra banda que se movía en un VW Golf.

A las pocas cuadras, los policías se cruzaron con el auto y detuvieron a tres hombres. No encontraron armas pero secuestraron algunos celulares. En uno de ellos, contó el cabo 1º Pablo Cina de la subcomisaría 18ª, estaba agendado el número de un alto jefe policial.

En la comisaría se presentaron el jefe del Comando Radioeléctrico, Juan Carlos Giménez Claverol, y el sub jefe Sandóval para “interiorizarse del tema”. Cuando se labró el acta se omitió anotar el celular secuestrado en el que estaba agendado el número del jefe. El cabo Cina se negó a firmarla y “se armó una discusión en muy duros términos”, según contó a Cosecha Roja el Secretario de Seguridad Pública Matías Drivet.

“Siempre que se hace una detención y una persona puede tener algo que ver con un hecho delictivo, los celulares quedan secuestrados en la comisaría. Si eso no se asienta, se puede sospechar que querían ocultar la información”, declaró Drivet.

La discusión en la subcomisaría siguió hasta entrada la madrugada. El cabo seguía negándose a firmar el acta. Finalmente, el jefe dela Unidad RegionalII, Walter Miranda, envió a personal dela División Judiciales, que se hizo cargo del asunto y dio intervención a la jueza Mónica Lamperti, quien ordenó la detención de nueve policías. Horas después, algunos de los uniformados recuperaron su libertad. Permanecen detenidos el jefe y el subjefe del Comando Radioeléctrico de Pérez y el jefe de la subcomisaría 18ª de Cabin 9, de apellido Pérez, acusados de ocultamiento de pruebas, retardo de justicia e incumplimiento de los deberes de funcionario público.

“Nosotros avalamos la decisión de la justicia”, dijo a Cosecha Roja el subjefe dela Unidad RegionalII de Policía Hernán Brest. “Esta situación a uno lo deja ver que se quiso esconder algo”, contó.

Este nuevo episodio enmarca en la profunda crisis que sacude a la policía santafesina luego de la detención del exjefe de la fuerza, acusado de complicidad con el narcotráfico. Los esforzados intentos de los jefes del Comando por hacer desaparecer un celular -que permitiría probar el vínculo entre narcos y policías- alimentan las sospechas de que existe en la policía santafesina una amplia red de protección del narcotráfico que excede ampliamente a un jefe corrupto o desleal.