Por Cosecha Roja.-

Nadie sabe su identidad verdadera, ni a que se dedicaba. El hombre murió en una habitación de un hostal en Salta. Tenía cuatro pasaportes falsos de Bolivia, Italia, Paraguay y Perú con la misma foto y nombres distintos. En sus bolsillos, encontraron más de medio millón de pesos entre dólares, euros y moneda nacional. Los peritos analizan su computadora portátil y tres pen drives de datos.
El jueves 5 de julio, el misterioso hombre, que tendría unos 62 años, llegó en remís al hostal Neos del barrio Ceferino, en la calle Rondeau al 1600. Tenía buena apariencia, era canoso y se deshacía en modales. Se alojó en la habitación 15 pero antes había preguntado si el lugar tenía conexión inalámbrica a internet. Caso contrario, dijo, se iría a otro hostal a pasar la noche.
Se presentó como Fernando Zurita con una cédula boliviana número 8.997.675 y aseguró ser licenciado en antropología. La dueña del hostal, Nery Palavecino, contó a El Tribuno de Salta que el hombre hablaba español con una tonada extraña, le costaba pronunciar las erres, como afrancesada.
La mujer recordó que Zurita dijo estar bajo una estricta dieta y le pidió un menú especial: “Desayunaba té con tostadas, y el almuerzo consistía en verduras hervidas, pollo o bife sin grasa y agua mineral”, explicó. Nery detalló que lo escuchó hablar con turistas extranjeros con quienes dialogaba en un fluido alemán, francés e inglés y demostraba un conocimiento de cultura general que la deslumbró.
La dueña del hostal se sorprendió cuando el hombre le pidió que no entrara nadie en la habitación. Ni para limpiar. A esa altura, todavía no sospechaba nada. Ni siquiera cuando el supuesto antropólogo comenzó a sentirse mal y se negaba a ser asistido por un médico a no ser que fuera de confianza de la propietaria del lugar.
Apenas pasado el mediodía del domingo, el pasajero se descompensó. Había sufrido un pre infarto y Nery llamó a un doctor.
Los médicos vieron unos análisis que se había hecho en Córdoba, en donde tenía el ácido úrico alto y le aplicaron un inyectable para el dolor de estómago. La mujer se quedó preocupada: “Le pedí al doctor que por favor lo llevara en la ambulancia, pero me dijo que era imposible porque no podía obligarlo a ser trasladado”, señaló.
El misterioso viajero permaneció todo el domingo en su habitación. Ese día no cenó. A las dos de la tarde del lunes, la dueña del hostal se asomó por la puerta, le habló pero él no respondió. Estaba tendido en la cama mirando al techo. Le costaba respirar y estaba blanco. Cuando los médicos regresaron ya era tarde. No pudieron hacer nada para reanimarlo: había muerto de un paro cardíaco.
La investigación
El supuesto antropólogo había comentado que estaba en la Argentina como turista y que llegó a Salta desde Córdoba, donde dijo que había tenido un problema de salud. Al parecer, allí compró un auto de alta gama que dejó en un garage.
Los investigadores hallaron en su poder cuatro pasaportes: dos a nombre de Guillermo Zapata Rodríguez, uno de Paraguay y otro de Perú; un tercero de Italia, identificado como Renato Maltoni; y el cuarto de Bolivia, como Fernando Zurita Basoalto. Todos tenían su imagen.
Además, en la habitación donde murió la policía encontró 54.000 euros, 36.000 dólares y más de 2.000 pesos argentinos.
Toda la información vinculada a los países vecinos ya fue remitida a las respectivas embajadas para establecer si surgen nuevos elementos. Una computadora portátil y tres pen drives también están siendo analizados por los peritos para encontrar nuevos datos que puedan esclarecer el misterio en torno al pasajero.