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Un cadáver mutilado y en avanzado estado de descomposición apareció en una isla cercana a General Conesa. Expectativa de la familia de Daniel Solano ante la posibilidad de que se trate del joven salteño desaparecido en Choele Choel en noviembre de 2011. El cuerpo estaba parcialmente enterrado a orillas del río Negro, en una isla distante a unos 100 kilómetros río abajo de Choele Choel.

Un cadáver semi enterrado, compuesto sólo por restos de tejido blando en parte del torso, fue lo que en el atardecer de ayer ingresó a la morgue del hospital Zatti de Viedma para los estudios de identificación. Los forenses extraerán piezas dentarias y partes óseas que serán sometidas a estudios de ADN. Hasta anoche no se había podido determinar el sexo, aunque se estimaba que se trataba de una persona mayor.

La aparición del cuerpo generó mucha expectativa en la familia de Daniel Solano, el joven desaparecido en noviembre pasado en Choele Choel, aunque todavía es imposible determinar si los restos pertenecen al trabajador salteño presuntamente asesinado por un grupo de policías.

La avanzada descomposición y mutilación del cadáver hablan de una muerte relativamente lejana en el tiempo.

El hallazgo, producido en una isla distante a unos 100 kilómetros río abajo de Choele Choel, hacía especular sobre la posibilidad de que se tratara de Solano, sobre todo teniendo en cuenta que según la investigación de su desaparición, el joven fue visto por última vez cuando era llevado por policías a la Isla 92 del Valle Medio.

“Estamos esperanzados en que pueda ser el cuerpo de Daniel, porque hay varias circunstancias que así lo indican”, señaló ayer por la tarde a este medio el abogado de los Solano, Sergio Heredia. Sin embargo, un dato pareció alejar esa posibilidad: el cadáver tenía una remera azul con inscripciones de una iglesia evangélica y Solano, al momento de su desaparición, llevaba una chomba blanca a rayas.

Al respecto, Heredia sostuvo que ese dato no alcanza para descartar que sea Daniel. “Nosotros no descartamos nada. Porque hay que recordar que cuatro de los policías (detenidos como presuntos autores del asesinato) son evangélicos”, dijo. Por otro lado, indicó que habría algunas similitudes entre el cuerpo hallado y las características de Solano, como la altura y el tiempo de muerte que puede estimarse.

Al cadáver le faltaban los pies y las manos, y resultaba imposible identificar el rostro, según detallaron fuentes de la investigación y testigos.

Las autoridades no descartan otras hipótesis además de la del caso Solano. Entre ellas, que se trate de un pescador que desapareció en el Valle Medio hace algunos meses o de un hombre que se ausentó de una estancia cercana a Conesa en marzo pasado, de quien no se tuvieron más noticias.

El hallazgo se produjo en el campo de la familia Gaviña, que tiene uno de sus límites en una isla distante unos 60 kilómetros de Conesa, en dirección a Choele Choel. Frente a esta isla comienza el canal de riego Conesa – Frias.

A este medio Gaviña declaró que recorriendo la isla a caballo encontró el cadáver sin sus extremidades a la vera del río Negro. Una vez realizada la denuncia arribaron a la localidad el juez de Viedma Guillermo Bustamante, su secretario, Walter Calvo, y el fiscal de San Antonio Oeste, Fabio Corvalán. Los acompañaron agentes de Criminalística de Viedma, la comisario Cristina Artero, personal de la Comisaría 20 y Bomberos de Conesa.

Una vez que llegaron al lugar debieron cruzar en un semirrígido que tiene el Cuartel de Bomberos hacia la isla. Allí estuvieron cuatro horas aproximadamente realizando todas las pericias de rigor y luego una empresa fúnebre de la localidad trasladó el cuerpo a Viedma.

Al retirarse, el juez Bustamante dijo que el cuerpo estaba “a la vera del río, semi tapado”. Al ser consultado sobre si podría tratarse de Solano dijo que “no se descarta”, aunque aclaró que hay que esperar el resultado de la autopsia.

 

Foto: Daniel Solano