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Por primera vez en muchos años, el acto del día de la bandera en Rosario estuvo vedado al público. Solo pudieron entrar los estudiantes de cuarto grado de la primaria, que escucharon un breve discurso de Macri antes de soltar globos. Afuera, unos 4000 manifestantes intentaba esquivar el cordón de gendarmería que rodeaba el monumento e impedía que nadie ser acercara a menos de tres cuadras del lugar. La jornada terminó con camiones hidrantes, golpes y varios heridos, entre ellos un diputado.

La Multisectorial contra el ajuste y contra los tarifazos es un colectivo compuesto por sindicatos y organizaciones sociales que hace una semana protagonizó un populoso acto de repudio contra los despidos y los aumentos de tarifas. Hoy por la mañana se concentró en la Plaza Pringles, a unas 15 cuadras del Monumento. Esta mañana marcharon por la peatonal Córdoba, hasta que se encontraron con las vallas y los gendarmes.

“Pensábamos quedarnos ahí, pero los gendarmes hicieron una triple fila y empezaron a pecharnos. Como el clima estaba denso para evitar problemas nos fuimos”, contó a Cosecha Roja el concejal por el Frente para la Victoria Eduardo Toniolli. La marcha volvió sobre sus pasos: retrocedió una cuadra, tomó otra calle y cuando estaban a un par de cuadras del Monumento volvieron los gendarmes.

“Ahí otra vez hubo forcejeos. Había una ambulancia que se retiró del lugar, lo que provocó un hueco por el que mucha gente intentó pasar. Ahí empezaron a pegar”, agregó. La escena estuvo vigilada por un camión hidrante. Ahí empezaron los golpes. “Tiraban para todos lados con los bastones, a mi me pegaron en la cabeza y en la mano cuando traté de cubrirme para que no me siguieran pegando”, agregó.

“Cuando llegamos a la esquina de Córdoba y Laprida”, contó Carlos Del Frade, diputado por el Frente Social y Popular, “quise hablar con el jefe del operativo de la Gendarmería que en ningún momento se identificó o se dignó a hablar con los manifestantes. Le estaba diciendo que era una vergüenza que se dijeran herederos de Güemes cuando el camión hidrante enfiló hacia la columna. Allí hubo forcejeos, empujones y palos. En mi caso, por la cuestión cardíaca que arrastro desde hace algún tiempo, fui ayudado por militantes del Frente Social y Popular que me sacaron del centro de los hechos para intentar bajar las pulsaciones”.

Luego de que golpearan al concejal Toniolli, la marcha se replegó a unas cuadras. “Estábamos en Rioja y Buenos Aires y llegó la diputada Lucila Del Ponti. Se acercó a los gendarmes, le mostró su credencial y pidió hablar con el jefe del operativo, pero nadie se hizo cargo. Ninguno de los gendarmes estaba identificado. La policía provincial era ajena al operativo”, explicó Alejandra Fedele, del Movimiento Evita.

Sin nadie que le responda por qué la represión, la diputada Fedele llegó hasta el Monumento, cerca del escenario donde el presidente estaba a punto de dar su discurso.

-¡Macri, mandaste a reprimir!-gritó Fedele.

Un buen grupo de gendarmes la sacó por la fuerza: la llevaron hasta un edificio cercano y la golpearon. “Me salvaron los periodistas que empezaron a filmar y a pedirles que me dejaran de pegar”, contó.

Mientras eso ocurría, Macri hablaba en el Monumento e instigaba a los niños que juraban la bandera a cantar “sí, se puede”, su consigna de campaña. El grito le valió el repudio de los gremios docentes de la provincia.

“Alguna vez habrá que hacer un acto de desagravio con la bandera, Belgrano y la mayoría de los rosarinos que buscaban expresar su disconformidad con lo que está ocurriendo”, sostuvo Del Frade. Por ahora, a la justicia federal llegaron varias denuncias por la represión.

Foto: Franco Trovatto Fuoco