“Nadie será sometido a tortura ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes”

Tres detenidos en una cárcel federal esperaba en la celda colectiva “leonera”. A pesar de las temperaturas invernales estaban lastimados, desabrigados y descalzos. Uno de ellos tenía una herida en la cara y manchas de sangre en su remera: lo habían golpeado contra un freezer. Su compañero tenía una bolsa de colostomía y los agentes le pegaron en la herida que era producto de una operación reciente. El tercero apenas se podía mover de las patadas y los palazos que recibió. Los penitenciarios violaron las “Reglas Mandela”, 192 recomendaciones que miran con ojos críticos las condiciones de vida en prisión.

Ese 31 de julio de 2015, la Procuración hacía una inspección de rutina. Los dos asesores que pertenecían al organismo quisieron entrevistar a los tres hombres, pero el jefe de la requisa se los impidió: les dijo que los detenidos estaban acomodando el sector y sus pertenencias. Tuvieron que entrevistar a otros presos para contar esa historia en el Informe Anual 2015: “La situación de los derechos humanos en las cárceles federales de la Argentina”

Las “Reglas Mandela” o “Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos” fueron presentadas por la Procuración Penitenciaria y la Defensoría General de La Nación en el Cine Gaumont. Si bien existen desde 1955, fueron reformadas en diciembre del año pasado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para adecuarse al contexto carcelario mundial. Son 122 indicaciones y su objetivo principal es que haya una reducción de la reincidencia: la única forma de lograrlo es con una “adecuada” reinserción. “No son de cumplimiento obligatorio, pero marcan los estándares básicos de los requisitos de encarcelamiento. En la Argentina, ante cualquier litigio, la Procuración las va a establecer sin ningún tipo de discriminación”, dijo a Cosecha Roja Ariel Meliare, Director General de la Protección de los Derechos Humanos.

En nuestro país las condiciones de habitabilidad son el principal problema: el hacinamiento que genera sobrepoblación, la falta de higiene y la deficiencia en alimentación y en atención médica. Dentro de las “Reglas Mandela”, la número 12 establece que los cuartos o celdas individuales sólo pueden ser ocupadas por una persona: en 2015, en el Servicio Penitenciario Federal se registraron 10.274 personas privadas de su libertad, una cifra muy alta para la Procuración. La 17, en cambio, obliga a que las zonas frecuentadas por los reclusos estén limpias y en buen estado en todo momento.

“Todos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y valor intrínsecos en cuanto seres humanos”. Así dice la regla número 1. Según el Informe Anual 2015, hubo una evolución de los fallecimientos bajo custodia y las muertes violentas ya superaron el 50 por ciento. También creció el maltrato físico y psicológico que reciben: más de 700 casos fueron documentados por la PPN ese año.

“La administración penitenciaria seleccionará cuidadosamente al personal de todos los grados, puesto que de la integridad, humanidad, aptitud personal y capacidad profesional de dicho personal dependerá la buena dirección de los establecimientos penitenciarios”. La regla 74 hace referencia a la elección de los celadores que deberán velar por los derechos de los reclusos: La que le sigue remarca que el personal tiene que ser capacitado para desempeñar sus funciones con profesionalidad. El año pasado seis penitenciarios fueron condenados a perpetua por matar a golpes a Patricio Barros Cisneros y otros cuatro por dejar 40 días en silla de ruedas a Brian Nuñez.

Para los integrantes de la Procuración, esos puntos que llaman “pilares fundamentales” se apoyan en las “Reglas Mandela” e intentan minimizar las diferencias entre la vida en libertad y la vida en prisión; hacer valer el respeto por la dignidad humana; restringir las medidas disciplinarias; definir de manera precisa los registros personales y lograr el acceso a la educación y al trabajo. Estas reglas no pertenecen a un tratado o convenio internacional, por eso el Estado no se comprometió a implementarlas. Pero sirven de ayuda para los organismos de Derechos Humanos que reivindican la figura del ex presidente sudafricano Nelson Mandela en su lucha por la misma causa.

La campaña que difundirá las “Reglas Mandela” durará hasta fin de año. La Procuración y la Defensoría buscan viralizarla. Crearon un spot que se reproducirá en los cines antes de cada película. Además, habrá ciclos de debate acerca de problemáticas carcelarias, talleres literarios, muestras fotográficas y actividades culturales dentro de las cárceles para adultos y en los Institutos de Menores. “Sabemos que es un proyecto ambicioso. Para nosotros es fundamental mostrar nuestro trabajo cotidiano. Esperamos que la Campaña sea bien recibida, que haya difusión en estos momentos en los que es tan criticado hablar de los derechos”, dijo Meliare.

Acá podés leer las Reglas Mandela.

Imagen: https://www.cosecharoja.org/los-presos-dibujan-la-libertad-en-la-carcel-de-devoto/