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Una familia había juntado 40 mil pesos para liberar a una víctima de secuestro extorsivo. Minutos después de la entrega del rescate, un hermano del secuestrado vio como los delincuentes le daban el dinero a la Bonaerense. Pronto recibió un llamado que lo desconcertó: lo acusaron de haberse comunicado con la Policía y pidieron un nuevo rescate. La justicia logró comprobar que dos agentes se quedaron con la bolsa negra que llevaba el dinero. El juez Juan Salas los proceso, los embargó y les dio prisión preventiva. Según la Procuración General de La Nación, desde mediados de 2015 hasta la fecha se registraron en todo el país 133 secuestros extorsivos. Morón lidera los porcentajes en la provincia: las fiscalías de ese distrito tienen a cargo el 37 por ciento de los casos.

Juan González y Jonathan Cardozo no detuvieron a los delincuentes después de recibir el dinero. Armaron una emboscada y actuaron a espaldas de sus otros compañeros. Horas más tarde, a la víctima la liberaron con el pago de un segundo rescate. Para el juez Salas esa complicación pudo haberle costado la vida; acusó a los oficiales de coautores del delito “robo con armas agravado por su condición de integrantes de una fuerza de seguridad”.

La DDI de Esteban Echeverría llevaba adelante la investigación a raíz de la denuncia. González y Cardozo eran de otra jurisdicción y no estaban al tanto de la entrega del rescate en la estación de servicio. Sin embargo, detuvieron con su patrullero a los delincuentes en el momento justo para pedirles lo que habían recibido.  Una de las hipótesis es que se filtró un mensaje que los alertó a través de los equipos de comunicación.

Un fiscal de Lomas de Zamora, un lesgislador del Parlasur, una diputada y varios empresarios integran la lista de los secuestrados de los meses pasados. “Los secuestros actuales son de pocas horas. Estoy seguro que tienen que ser con una serie de mensajes que envía la corporación policial a los políticos”, dijo el periodista Ricardo Ragendorfer a Cosecha Roja.

“Los secuestros extorsivos son un proceso histórico”, agregó. “La epoca más algida fue durante la dictadura. El negocio estaba en manos de militares, policias y servicios de inteligencia. No tenían una pata civil.”  Dos casos emblemáticos son el de “Banda de Subcomisarios” que tuvo cautivo al empresario Osvaldo Sivak en 1979 y al presidente Mauricio Macri en 1991.  

Luego de ese hecho, el secuestro cómo modalidad perdió peso, hasta que repareció con fuerzz con la “Maldita Policía” que se encargaba de brindar “comodidades” a los delincuentes: liberar la zona, prestar armas y conseguir un lugar para mantener cautivas a las personas. “Ahora son bandas mixtas. Los delincuentes son contratados como “personal civil”, explicó  Ragendorfer. “Es imposible hacer secuestros sin la complicidad policial: por omisión o acción la Bonaerense siempre está involucrada”.

En este caso, por la forma de cómo se alzaron con el botín, parece tratarse de un hecho al boleo: no del lado de los secuestradores, sino de los policías.  “A mi me da la impresión de que no hubo ninguna relación de complicidad entre los delincuentes y los policías”, dijo Ragendorfer. “En este caso se trató de una ‘mejicaneada’, de un hecho de picardía”.