Por Cosecha Roja. – A Jorge Medina, Cardenal y Obispo emérito de Valparaiso, le bastó una carta al presidente de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado, Hernán Larraín, para dejar en claro que no estaba de acuerdo con el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), el proyecto de ley para regular la unión entre personas del mismo o distinto sexo. “La homosexualidad es algo aberrante, una depravación grave, intrínsecamente desordenada, contraria a la ley natural, informal y negativa”, dijo Medina al justificar su oposición al AVP.
Lo dijo en Chile, el país de la homofobia. Donde hace menos de un mes el descubrimiento del cuerpo sin vida de Lorenzo Vigueras en un motel de Concepción volvió a encender la alarma de la escalada de la homofobia en Chile. Unos días después de que un padre secuestrara al novio de su hijo para amenazarlo de muerte con un arma y disuadirlo de que lo siguiera viendo. Donde balearon a una trans al grito de: “Gente como tú no debería estar viva”. A casi un año de que una patota de neonazis golpeara hasta matar a Daniel Zamudio, después de quebrarle una pierna, arrancarle el lobulo de la oreja y tatuarle una cruz esvástica en la frente con una botella rota. Después de que el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) publicara un informe en el que afirma que el 37 por ciento de los homosexuales se sintió discriminado en el último mes.
Medina intentó aclarar que la homofobia no era lo suyo. Dijo: “La tradición de la Iglesia ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados y no pueden traer aprobación en ningún caso, eso dice el catecismo de la iglesia católica”.
El Cardenal agregó que, a su juicio, “la unión sexual, es decir los órganos genitales, son órganos que están destinados a la procreación, para eso fueron hechos. Nunca se ha visto que un homosexual que se acuesta con otro homosexual ningún de los dos nunca queda preñado, eso está claro. Lo mismo vale para las mujeres lesbianas” (sic).
Medina aclaró: “La Iglesia siempre ha distinguido cuidadosamente entre la tendencia homosexual y los actos homosexuales. Ser homosexual no es un acto perverso. Nadie elige ser homosexual. Lo que la iglesia no acepta es el acto homosexual”.
Para Rolando Jiménez, presidente de MOVILH, las palabras del Cardenal tienen el apoyo de la Conferencia Episcopal y del Vaticano. “A nosotros no nos sorprenden las violentas descalificaciones, como que nos llame depravados. Esa es la postura oficial del Vaticano. Medina sólo lo dice de una manera más brutal, pero la Conferencia Episcopal comparte ese tipo de descalificaciones, porque de lo contrario saldrían al paso de sus declaraciones”, dijo a La Nación de Chile.
Jiménez consideró que las palabras del cardenal forman parte de una doctrina eclesiástica. Para él, es una “falacia sostener que Medina actúa a título personal. Sabemos cómo se maneja la iglesia y no lo hacen democráticamente. Nadie puede decir lo que quiera. Es la institución más antidemocrática que hay en el mundo”.
El dirigente adelantó que en marzo próximo reactivarán las gestiones en el Congreso para impulsar un proyecto de ley que sancione la incitación al odio y la violencia.
Medina, claro, salió al cruce de los que lo llaman homofóbico. “Yo no soy para nada homofóbico, si alguien tiene una tendencia homosexual lo voy a respetar y a tratarlo como a cualquier otro ser humano. Pero como católico no puedo aceptar que los actos homosexuales sean algo correcto. Lo dice el catecismo, son actos que nunca pueden ser aprobados”.
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