Ernesto Guerrero L. Carlos Contreras. La República.-

La tarde del último domingo un adolescente de 13 años tuvo que ser trasladado de emergencia al hospital Daniel Alcides Carrión. El menor Benjamín R. I. había sufrido serias lesiones en los genitales a causa de los puntapiés que recibió de quienes –se suponía– eran sus propios amigos y compañeros. Esto ocurrió en la segunda cuadra de la calle Carrillo Albornoz, en el Callao.

Lo que este hecho reveló fue una nueva amenaza que se cierne contra los niños y adolescentes en Lima. Le llaman ‘La clave’ y es mucho más peligrosa que el temido bullying porque no solo se practica en los colegios sino también en las calles. Se trata de un juego de origen centroamericano que involucra a dos bandos y apela a la violencia irracional como principal atractivo, e induce a los participantes a exponer incluso la vida atacándose como locos entre sí.

‘La clave’ ha calado hondo en sectores populares de la capital. En los últimos dos meses, 11 menores ya han sido hospitalizados por someterse voluntariamente a golpizas, mientras realizaban esfuerzos mentales para descifrar palabras secretas planteadas por el bando rival. “Hay que tener la mente ágil, pues, brother. Aquí el lentito recibe más castigo”, dice Manuel Efraín M.C. (15), estudiante del colegio Dos de Mayo del Callao y vecino del barrio Loreto. Tu grupo –añade– no sabe la palabra mágica pero puede adivinarla si sigue las pistas que le da el rival.

En efecto, se trata de descifrar en el menor tiempo posible la clave. Por ejemplo, si el término fuera mar, el bando que lo planteó podrá ayudar al oponente sugiriéndole palabras relacionadas como peces, arena, agua, sal, barco, etc., y paralelamente tendrá el derecho a propinar castigo libremente, sin hallar resistencia.

OPERADO DE EMERGENCIA

El director regional de Salud, Aldo Lama Morales, reveló que el menor fue sometido a una operación de emergencia para corregirle una afección vascular y detenerleun sangrado en el pene. “Felizmente está evolucionando bien, ya está fuera de peligro”, precisó.

Luego de dialogar con el adolescente, Lama Morales contó que en este caso fueron unos 20 chicos los que tomaron parte en el juego y que la palabra que debían descifrar era ‘pistola’. “Es increíble que expongan incluso su vida de este modo”, deploró.

Este hecho puso en evidencia el nivel de violencia al que están llegando nuestros adolescentes. “Ya es necesario poner sobre la mesa de análisis el papel negativo de aquellos juegos violentos que se forman entre grupos de adolescentes que están asociados a un perfil de carencia y falta de control de sus impulsos”, sostuvo Milton Rojas, especialista de Cedro.

ENTRE ‘AMIGOS’

En este caso los participantes suelen ser amigos, a diferencia del bullying, que es más bien la violencia física y psicológica que ejercen arbitraria y abusivamente algunos escolares contra sus compañeros de aula, explicó el  sociólogo Luis Renato Somocurcio, director del colectivo Tiempos Nuevos.

“Hay algunos estudios sobre el origen de este juego. Se dice que surgió en 1989 en la comunidad de Jocotillo en Guatemala. Se le atribuye a pandillas juveniles que solían de este modo expresar su potencial de violencia cuando los enfrentamientos reales con grupos enemigos escaseaban”, subrayó.

La preocupación ahora es para la familia de Benjamín. Su apenada madre, Ana María Issarse, propuso a las autoridades realizar una campaña en barrios y colegios para evitar que los escolares sigan dañándose “por practicar este juego de la muerte”.

ENFOQUE

“Estos juegos demuestran machismo”

Ana María Márquez
Save The Children

Este es un tema muy lamentable y preocupante a la vez. Hay que tener en cuenta que todo evoluciona, hasta los juegos que se practican entre la infancia y la adolescencia. Estamos observando que cada vez los juegos se tornan más violentos. Yo recuerdo los juegos de mi época y no tienen nada que ver con los que he visto en mis visitas a colegios. En los recreos, los juegos son más duros y no solo en varones sino también en mujeres. La comunicación es muy violenta y eso se ve en la sociedad.

Este tipo de  juegos que reflejan las relaciones de violencia física tienen un tinte netamente machista que consiste en demostrar que uno “es el más hombre”, al soportar el maltrato propinado y adivinar cuanto antes la palabra. También deja ver que se pueden ir formando chicos que pierden el amor propio por la vida y su integridad. Se tiene que prestar mucha atención y actuar de inmediato para dar opciones eficaces a esta problemática. Las primeras acciones tienen que venir de casa y la escuela. El Estado debe informarse al respecto.