“Existe un árbol de recursos torta”, decía Verónica Marzano, lesbiana, peronista y militante del aborto. Verónica murió el 9 de junio en un accidente de tren. Su compañero Gabi Díaz Villa habla hoy por ella. “Existe el árbol de recursos torta. Alguien convoca y aparecen todas ellas, con sonido, con banderas, con consignas, preparadas para la lucha”.
La segunda Marcha Nacional contra los travesticidios convoca en Plaza de Mayo a las seis de la tarde pero arranca casi media hora antes. Metros de paño blanco rodean la reja de la pirámide. Se reparten papeles y marcadores. La idea es que la bandera hable de la emancipación de todos y de todas. “Si la violencia es un eje de la construcción de la masculinidad, entonces el camino es el feminismo”, decía Vero no hace tanto en el Isauro Arancibia, cuando pretendía construir el primer grupo de varones feministas. “No digamos género, digamos feminismo. No lo negociemos”.
En el Día Internacional del Orgullo LGBTTI se marcha contra los crímenes de odio: “No sólo pertenecemos a un mundo. Venimos a discutir ese mundo. Es necesario que como putos, tortas, travas, maricas, o como cada cual se llame, ponernos a discutir para diferenciarnos de esa parte de nuestro propio colectivo que es cómplice de izar banderas robándonos nuestros símbolos, nuestros muertos y nuestras muertas, para hacer política con ellos”, dice a Cosecha Roja Susy Shock de la Colectiva Lohana Berkins. “Es necesario celebrarnos pero eso no significa que estemos en un concepto frívolo de la historia. Este es un momento para decir qué no somos: no somos parte de esa complicidad”.
En la plaza hay expresiones de todos los colores, de todas las geografías. Del centro de la ciudad y de las vulnerabilidades de los márgenes. Suena Lila Downs en el parlante:
– Por mi raza, por mi casa, por mi pueblo, te pedí tortilla y me diste chile picoso.
Los nombres de Lohana Berkins, Claudia Pía Baudracco y Diana Sacayán suenan una y otra vez. Las fotos se replican por toda la plaza. Todos y todas les agradecen la lucha. Y se cuela una nueva bandera. Higui, la lesbiana procesada por defenderse de una violación correctiva, no habla pero está en el escenario: la ovacionan. Son las mismas que propagaron la voz para contar su historia, que esperaron en la plaza que la justicia la libere, que la acompañarán cuando le toque ir a juicio.
Las organizaciones se preparan para marchar. “Aunque estamos empoderadas, todavía falta decisión. La religión instaló la homofobia y la transfobia en la sociedad”, explica a Cosecha Roja Vicky Izquierdo, miembro del Frente Trans y Travestis Argentina y del Frente Transversal. “Eso sucede porque faltan políticas públicas para trabajar a nivel nacional”.
Exactamente del otro lado de la pirámide, hay una ronda de mujeres. Los colectivos son rebeldes. Tienen cantos propios, banderas, coreografías. Muchos hasta sus propios fotógrafos. Un grupo líbero cruza en diagonal:
– Olé olá al calabozo no volvemos nunca más.
Cantan tres o cuatro estrofas y se dispersan pero la ronda permanece. Son las mujeres del colectivo Arda. Una lleva la consigna, las otras responden. Todas sonríen mientras bailan.
– Nos sacamos de encima cualquier resto de patriarcado y lo tiramos en una hoguera imaginaria.
Vestidas de violeta, se refriegan con las manos el cuerpo, las piernas, las cabezas y arrojan fuerte esa energía hacia el centro de la ronda. Una de ellas da una consigna, el resto responde:
– Ocupando las calles
– ¡Despatriarcalizar!
– Rebeldes, insumisas
– ¡Despatriarcalizar!
Antonela de La Jáuregui sube al escenario y toma el micrófono: “Miro a los ojos a mis compañeras y no puedo entender cómo todavía el cupo laboral trans no se esté cumpliendo en la Ciudad de Buenos Aires. Como tantas otras compañeras no queremos que nos quede la prostitución como único objetivo. Queremos un trabajo, una vivienda digna, que nos atiendan en un hospital”.
Johana Sacayán toma mate. “La prostitución no es un trabajo. Es una situación para los que no tienen otra salida. Yo me salí de todo. Ahora junto latitas, junto papeles. Vivo de eso. Es una cuestión muy fea. Hay que buscar alternativas”, dice a Cosecha Roja. Su hermano Sasha Sacayán, coordinador del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación, cree que la lucha sirve para ampliar derechos pero que hay cosas que todavía faltan: “Hay odio de clase contra el colectivo y lo único que va a poder combatir ese odio es la implementación de políticas públicas”.
El conurbano también está en la Plaza. Noelia Belén Luna, presidenta de la Asociación Civil Miser toma la palabra: “Hemos logrado ser sujetos y sujetas de derecho pero hoy queremos actuar y vivir en ese derecho. Este gobierno nos vuelve a reprimir y lamentablemente somos víctimas de la violencia del Estado que no quiere hablar de nosotras. El silencio es una forma de discriminación”. Sigue Alessandra de Conurbanos por la Diversidad y habla de las provincias machistas: “Córdoba, Salta y Jujuy. La zona sur del conurbano bonaerense donde el 80 por ciento de las compañeras son empujadas a la prostitución”.
Le toca a Alma Fernández del bachillerato popular Mocha Celis. Grita: “¡Paren de matarnos! Todos los días nuestros compañeras y compañeros siguen desapareciendo, víctimas del sistema que nos persigue y nos mata”. Y después, con dulzura, invita a marchar a la Plaza Congreso.
Fotos: Facundo Nívolo
0 Comments on "Orgullo es marchar contra los travesticidios"