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El Ciudadano.-

Hippie, fumanchera y zurda. Esos fueron los argumentos de un sumariante de la comisaría 9ª para no tomarle la denuncia a una arquitecta que había sufrido el robo de su cartera, donde estaban las llaves de su casa. La Secretaría de Control mandó secuestrar el libro de guardia.

Un sumariante presuntamente alcoholizado de la comisaría 9ª maltrató a una mujer de 40 años que fue a hacer una denuncia luego de haber sufrido un robo en el barrio Arroyito el domingo a la mañana. El policía se negó a tomarle la denuncia porque dijo que “venía de una fiesta y estaba cansado”, exhibió un arma de fuego y la trató de “zurdita y hippie fumanchera”, sostuvo la dirigente del Movimiento Evita, Alejandra Fedele. La denuncia fue tomada horas después por el jefe de esa seccional en el medio de más exabruptos del uniformado en cuestión. Ignacio del Vecchio, secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad provincial, ordenó el secuestro del libro de actas de la dependencia y que se tome declaración a los involucrados. Además, el hecho es investigado por la Fiscalía en turno que dio intervención a la División Judiciales de la Unidad Regional II.

En diálogo con El Ciudadano, la dirigente del Movimiento Evita, Alejandra Fedele, contó que Yanina tiene 40 años, es arquitecta y vive en Arroyito, en la zona de Génova al 1300.

Según su relato, el domingo a las siete de la mañana volvía a su casa en bicicleta y, cuando estaba a unas dos cuadras, aparecieron dos jóvenes en moto y le robaron la cartera. Asustada, fue a la comisaría 9ª, ubicada a tres cuadras de su casa. En el bolso tenía su documento y las llaves, por lo que quería radicar la denuncia para evitar otro robo, esta vez en su vivienda.

Maltrato

Al llegar a la seccional, Yanina fue atendida por un sumariante de civil. El hombre de entre 35 y 40 años estaba “visiblemente alcoholizado” y la hizo pasar a su oficina, en el primer piso de la comisaría. Sacó el arma reglamentaria y la puso sobre la mesa, en un claro signo intimidatorio, mientras le decía que venía de una fiesta y que no estaba de turno, por lo que no le iba a tomar la denuncia. Yanina insistió y el oficial empezó a insultarla. “Le dijo que era una hippie fumanchera porque había llegado en una bicicleta plegable. También le dijo que era una zurdita y que a los zurdos había que matarlos a todos”, contó Fedele.

Yanina decidió irse de la comisaría sin poder radicar la denuncia y fue al Destacamento de la Policía Comunitaria, a dos cuadras de la 9ª. Allí, le dijeron que no podían labrar el acta y la acompañaron a la seccional, para que vuelvan a atenderla, esta vez acompañada. Según Fedele, al llegar, el mismo sumariante volvió a gritarle: “Le decía que ella había llegado ahí con mala onda y que lo había tratado mal, cuando ella estaba muy conmocionada por haber sufrido un robo. Además, sacó el celular y la empezó a filmar”.

Siempre según Fedele, Yanina se fue a su casa, se sentó en la vereda y empezó a llorar. Una vecina llegó y la ayudó. La arquitecta le contó todo lo ocurrido y la vecina la puso en contacto con Fedele, quien le dijo que la iba a acompañar a la comisaría.

Denuncia

Por tercera vez en el día, Yanina fue a la 9ª, en esta ocasión con la dirigente social. Al llegar, preguntaron por el jefe de la dependencia. El comisario Francisco Pérez las atendió en la oficina del primer piso y cuando subieron estaba el sumariante. El hombre ya no vestía de civil, sino su uniforme. Al verlas, volvió a irritarse. Según Fedele, continuaba “visiblemente alcoholizado”.

“Decía que él no estaba de turno cuando Yanina llegó y volvió a insultarla. Hasta el comisario no podía entender la actitud de este policía y le dijo que se retirara. Él seguía gritándonos, estaba muy alterado. Además, el comisario nos explicó que el sumariante sí estaba de guardia ese día desde las seis de la mañana”, sostuvo Fedele.

Según esta versión, Pérez decidió tomar la denuncia para evitar más problemas. Las mujeres solicitaron que en la misma conste lo ocurrido con el sumariante.

Secuestro de libros

Más tarde, Fedele se comunicó con funcionarios del Ministerio de Seguridad, para denunciar lo ocurrido. “Ignacio Del Vecchio –secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad provincial– me llamó y me dijo que no sabía lo que había pasado y prometió que ordenaría el secuestro de los libros de actas y que actuarían al respecto”. En este sentido, voceros del secretario confirmaron que Del Vecchio ordenó el secuestro de las actas y que se tome declaración a los involucrados en el incidente. Igualmente, aclararon que desde la Fiscalía de Flagrancia, que investiga a través del fiscal César Cabrera Molino, no se dio intervención a la Dirección de Asuntos Internos, dependiente del Ministerio de Seguridad. De esta manera, Cabrera Molino solicitó la ingerencia de la División Judiciales de la Policía provincial, encargada de investigar delitos cometidos por uniformados.