abuso primos

Laura Fernández le dio un plazo de tiempo a sus primos mellizos para que le pidieran disculpas. Les mandó una carta por las redes sociales y esperó hasta el 23 de mayo. Como no tuvo respuesta, subió un video a Youtube y contó cómo ellos abusaron sexualmente de ella desde los cinco hasta los doce años. Dio sus nombres verdaderos porque quiso que sean “condenados socialmente y no por la justicia”. “Fueron años de abuso y hoy decido romper la cadena de silencio y complicidad, y exponerlos a pesar de exponerme a mí misma”, escribió.

El relato de Laura se viralizó el día después del tuitazo de #NiUnaMenos, en el que miles de mujeres contaron sus experiencias de abusos sexuales. En un video de media hora ella también se animó a romper el silencio y contó cómo los primos abusaban de ella: los dos al mismo tiempo, le rompían la ropa para poder tocarla y hasta le fracturaron una de sus muñecas. Uno era más violento que el otro. La mujer de 32 años todavía tiene pesadillas por las secuelas psicológicas que le dejaron, a veces le da “vergüenza” la intimidad con su pareja. “Fue con el único que pude hablar de lo que me pasó sin que me juzgara”, dijo. Una vez un ex novio insinuó que ese abuso existía porque a ella le gustaba.

La víctima tiene dos hijos y uno de ellos duerme en el cuarto en el que fue abusada varias veces. En el video, le advirtió a la esposa de uno de sus primos que se había casado con un violador. “Me da terror que tenga una hija mujer”, dijo.

Laura contó que las reuniones familiares seguían siendo las mismas. Sin embargo, casi todos los integrantes sabían que sus primos ocho años más grandes la violaban. “Decían que era mi culpa”, dijo. Ningún pariente hizo nada con la excusa perfecta: no querían “herir al abuelo”.

En el muro de Facebook, junto con el video, escribió los nombres de sus abusadores y el de su tía, sus direcciones y teléfonos. “Es improvisado, con mucho tiempo de pensar como hacerlo y sin encontrar ni la manera, ni las palabras, ni las formas, así que salió lo que tenía que salir. Sé quien soy, y que la culpa no fue ni es mía”.