gallo-andradaSebastián Ortega. Infojus Noticias-. El “Gallo” Claudio Andrada es un hombre precavido. Orilla los 45 años y es considerado por la Justicia uno de los jefes narco más importantes del país. El miércoles a la noche, cuando lo detuvo la Gendarmería en la ruta volviendo de Santiago del Estero hacia Buenos Aires, en su camioneta VW Amarok sólo secuestraron celulares. “Nunca lo ibas a encontrar con la droga o con la plata encima”, explicó una fuente judicial a Infojus Noticias. “Siempre viajaba un día antes o un día después”. Horas después lo trasladaron junto a los miembros de su banda a los tribunales de San Isidro, donde fue indagado por la jueza Sandra Arroyo Salgado

El Gallo cayó en su ciudad natal, Frías, en Santiago del Estero, donde aún viven sus padres. Junto a él estaba su mano derecha: Juan Fabián Volcker. Había viajado por seguridad. Unos días antes, en San Isidro -donde vivía con su mujer y sus hijos en una casa de tres pisos- notó movimientos extraños. Eran autos de la Gendarmería que lo estaban siguiendo.

“Lo teníamos que seguir de lejos. Tienen sus propios sistemas de alarmas”, explicó uno de los investigadores a Infojus Noticias. En el Juzgado Federal Criminal y Correccional Nº1 de San Isidro, la jueza Arroyo Salgado y la secretaria María Florencia Farinella lo venían siguiendo “a distancia” desde hacía un año y medio.

A partir del rastreo de llamadas y escuchas telefónicas, los investigadores supieron que un cargamento de cocaína del Gallo Andrada iba a ser trasladado desde Santiago del Estero hacia el conurbano bonaerense, posiblemente hacia un galpón de José C. Paz. El miércoles a la noche Gendarmería detuvo un camión Mercedes Benz Sprinter en la ruta a la altura de Sinsacate, en la provincia de Córdoba. En un doble techo, con aislación térmica y un sistema de apertura hidráulica, había 548 panes con 583 kilos de cocaína de máxima pureza.

Según explicó la fuente, la droga provenía de Bolivia. En Salta, en pistas clandestinas improvisadas en campos, aterrizaban las avionetas con la carga. “Las pistas de aterrizaje se arman en el momento. Pasan con una camioneta con un tronco y aplastan la tierra. En la casa de los padres de Andrada, en Frías, había tachos de conserva de frutas con telas embebidas en combustible que eran usadas para señalizar el lugar de aterrizaje”. En el lugar también se encontraron bidones con restos de combustible que eran utilizados para recargar las avionetas.

Una vez en el país, los cargamentos eran trasladados por tierra hacia Santiago del Estero. Allí se almacenaban hasta su traslado definitivo al conurbano bonaerense. “En el camión encontramos algunos paquetes de colores. Esos eran para redistribuir. Los otros los estiraban y los vendían ellos”, contó el investigador.

La detención del camión formó parte del operativo Octubre Blanco que incluyó once allanamientos en Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero y Buenos Aires. Además del Gallo y su mano derecha, fueron detenidas cuatro personas y se secuestraron una VW Amarok –en la que viajaba el jefe- tres VW Bora, dos Mercedes Benz Sprinter, una Toyota Hilux, una Ford F100, cuatriciclos y motos de agua.

Entre los lugares allanados está la casa y el aserradero de los padres del Gallo Andrada, en Frías; el galpón de José C. Paz y la vivienda de San Isidro donde vivía el jefe junto a su familia.

 

Antecedentes

En 1996 el Gallo fue detenido en su casa de Martínez junto a su mujer, en ese entonces embarazada de nueve meses. La policía llegó en el momento en que el matrimonio recibía un cargamento de 40 kilos de cocaína. El operativo incluyó otros 17 allanamientos en los que fueron detenidas 17 personas más.

Después de cumplir la condena en 2004,  su padre, Leonardo Andrada fue secuestrado. Su hijo se hizo cargo de los 270 mil dólares del rescate. Antes de liberarlo, los secuestradores le cortaron un dedo. “Ahora, visto a la distancia, me doy cuenta que ese secuestro, aunque no figure así en el expediente, fue un ajuste de cuentas por un negocio narco”, contó uno de los investigadores. Ahora el Gallo deberá enfrentar nuevamente a la Justicia.