teloCosecha Roja.-

Cuando el martes por la tarde apareció una pareja, el conserje de un hotel alojamiento de La Matanza, hizo lo de siempre: les explicó que el turno podía ser de una hora, que podían extenderlo media más, y les dijo que pasaran a una habitación. No vio nada que le llamara la atención en el joven, de 16 años, ni en la mujer, de 34. No se dio cuenta de que ella estaba embarazada de pocos meses ni se imaginó que iba a tener que llamar a la ambulancia porque ella se desangraba. La policía y los medios enseguida dijeron que la mujer murió por hacerse un aborto con pastillas.

La justicia todavía no pudo determinar por qué se desangró. “La policía científica todavía está analizando la causa de la hemorragia que provocó la muerte”, dijo a Cosecha Roja Facundo Maccarone, secretario de la Unidad Temática de Homicidios del departamento judicial de La Matanza, que investiga el caso bajo la carátula “averiguación de causales de muerte”.

“Posible es todo, pero está demostrado por la Organización Mundial de la Salud que el misoprostol es la forma más segura de practicar un aborto”, dijo a Cosecha Roja Luciana Sánchez, abogada e integrante de la asociación Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto. “No hay registrados casos de muerte por uso de misoprostol. Las mujeres pueden morir por hemorragias causadas por diversos factores, pero el misoprostol ha bajado muchísimo las muertes por hemorragia”, explicó.

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Cuando estaba por terminar el turno de la pareja en el hotel, el conserje recibió un llamado del adolescente. Le pidió ayuda porque su novia tenía una hemorragia que no podían detener, estaba poniéndose pálida y fría. Cuando llegaron los médicos, la empleada de limpieza fue hasta la habitación para avisar que habían llegado. Pero la mujer ya estaba muerta.

Lo primero que vieron los policías de la Bonaerense fue el cadáver de la mujer sobre el piso, cubierto de sangre. El novio estaba parado junto a ella, en estado de shock. Revisaron el lugar y entre las pertenencias de ambos encontraron un blister de pastillas de misoprostol, una droga recomendada por la Organización Mundial de la Salud en todas sus publicaciones sobre planificación familiar y salud reproductiva, como “Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud”.

Los peritos forenses asociaron el hallazgo de misoprostol con los grandes coágulos de sangre que había en las sábanas y el suelo, y dijeron que la mujer podría haber muerto desangrada durante la práctica de un aborto, aunque en ningún momento identificaron a la droga como la causa de la hemorragia. El adolescente, todavía en shock, confirmó durante su declaración que la mujer estaba embarazada de pocos meses y que había intentado practicarse un aborto. Pero no supo explicar con qué método, si químico (misoprostol) o físico (uso de algún elemento punzante o cortante).

El novio no está imputado, por ahora es testigo hasta que estén los resultados finales de la autopsia. “El chico declaró y se fue de la habitación, porque estaba muy nervioso, era una situación que no había podido controlar”, dijo Maccarone.

Según Sánchez, el uso de misoprostol tiene riesgos en los siguientes casos: mujeres que toman anticoagulantes, con enfermedades cardíacas graves, con anemia grave, que se hayan practicado una cesárea hace menos de seis meses (puesto que todavía hay una herida en el útero) y con embarazos mayores a 16 de semanas a las que se les haya diagnosticado “placenta previa”. “Solo en esos casos, que están detallados por la Organización Mundial de la Salud, puede haber hemorragias graves”, dijo.

En la Argentina, las muertes por aborto bajan a razón de un 30 por ciento cada año. “Este descenso se debe a la divulgación masiva de la información correcta sobre aborto con misoprostol, al impacto sobre la proliferación de consejerías, y a una mejora en el acceso temprano y oportuno a las pastillas”, dijo.