Cosecha Roja.-

Los generales están acusados de recibir dinero del narco: en concreto, se sospecha que tienen vínculos con “La Barbie” y con Los Zetas. El 17 de mayo un juez mexicano ordenó el arresto preventivo de los generales Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González y Ricardo Escorcia. La detención es el golpe más contundente a la credibilidad del Ejército mexicano en los últimos setenta años.

Los tres son investigados desde el 2010. Las imputaciones se basan en las declaraciones de ‘Jennifer’ -testigo protegido- y del mayor Arturo González, quien estuvo adscrito ala Presidenciay hoy está encarcelado. Ambos los acusan de recibir dinero del capo Édgar Valdés Villarreal, ‘La Barbie’, detenido en 2010 porla Policía Federalen el Estado de México. También los señalan de estar involucrados con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva y de Los Zetas.

Tomás Ángeles Dauahare, el primero de los acusados, fue subsecretario dela Defensa Nacionalentre el 2006 y el 2008, uno de los cargos de más alto rango en las Fuerzas Militares. Ángeles Dauahare también fue dos veces agregado militar en Washington, secretario particular del titular dela Sedenay director del Heroico Colegio Militar. A pesar de las pruebas y los testimonios que hay en su contra, el general se declaró inocente ante el Ministerio Público.

El tercer detenido, Roberto Dawe González, estaba al mando de la vigésima Zona Militar con sede en el estado de Colima. Adriana, una de sus hijas, aseguró que la captura de su padre tiene “tintes políticos”. Ella considera que el general combatió la corrupción y con sus denuncias “incomodó a mucha gente” que hoy quiere acabar con su carrera militar.

Ricardo Escorcia, general retirado de la división Diplomado de Estado Mayor, también está envuelto en el escándalo que cuestiona la lealtad del éjercito. Dos años y medio antes de su baja, Escorcia pasó un mal momento. El 31 de diciembre del 2007, cuando era comandante de la 24 Zona Militar, fue separado de su cargo. Lo acusaron de permitir el aterrizaje de un avión cargado de cocaína. En esa ocasión, el general salió limpio y logró que lo enviaran a Sinaloa como jefe de Estado Mayor dela Tercera Región Militar.

La detención de estos tres militares deja muchas dudas frente a la estrategia que implementó Felipe Calderón para neutralizar el narcotráfico. El presidente mexicano, ante el fracaso dela Policía, movilizó el Ejército en contra de los carteles de la droga, pero esa maniobra de seguridad no ha dado los resultados que esperaba. La captura de los generales es un reflejo de la creciente penetración del crimen organizado y de las redes del narcotráfico en las instituciones mexicanas.  Son el resultado de una guerra contra las drogas que ha dejado más de cincuenta mil muertos en los últimos cinco años.

(Síntesis de los medios mexicanos)