Observador Global.-

El rapero Roberth Steven Barrera, conocido como “Garra”, fue asesinado en un conflictivo barrio de Medellín, donde hace 12 días murió otro cantante.

“Lamentablemente ayer fue acribillado Roberth Steven, un joven con habilidades musicales. No nos esperábamos esta pérdida y de uno de nuestros jóvenes. Ahora tememos por nuestras vidas”, aseguró Jhon Sánchez, líder juvenil y director de la organización musical y cultura Son Batá.

Barrera, de 17 años, quien era integrante del grupo musical Alto Rango y miembro de la escuela de hip hop Kolacho, fue ultimado con un arma de fuego por un sicario en una calle del barrio 20 de Julio de la deprimida y violenta comuna 13, agregó el rapero y activista local Jeison Castaño.

“Teniendo la claridad de lo que había que hacer que no se ha hecho, la responsabilidad en este instante recae en el gobierno local, que no está haciendo lo correspondiente y lo solicitado para los chicos que están dentro de la comuna”, consideró Castaño, conocido como “Jeihhco”.

El pasado 30 de octubre también fue asesinado a balazos el rapero Elíder Varela, conocido como ‘El Duke’, lo que causó conmoción en Medellín (400 km al noroeste de Bogotá), donde otros siete músicos activistas por la paz habían muerto en los últimos dos años.

Una decena de organizaciones sociales y comunitarias locales responsabilizaron en su momento del crimen de ‘El Duke’ a los “grupos armados” que operan en ese barrio de Medellín, segunda ciudad de Colombia, y exigieron a las autoridades mayor protección para los jóvenes activistas de la comuna.

“El Duke”, de 31 años, había participado en la creación de un festival de hip hop en la comuna, era profesor en una escuela de ese estilo musical para niños y lideraba una campaña de artistas que busca alejar a los jóvenes del crimen organizado.

El pasado miércoles un grupo de más de 70 menores de edad y jóvenes raperos tuvieron que abandonar varios barrios de esta comuna para salvar su vida luego de haber recibido amenazas de muerte de desconocidos.

“Actualmente somos 25 jóvenes los que todavía estamos fuera de Medellín por el alto riesgo. Esperamos que las autoridades cumplan con planes de seguridad aunque la fuerza pública no soluciona el tema social en la comuna”, consideró Sánchez.

La comuna 13, enclavada en las faldas de las montañas que rodean Medellín, ha sido escenario por años de la lucha entre pandillas por el control de la criminalidad local y de los narcotraficantes que pugnan por las rutas de exportación de droga a Estados Unidos y Europa.

Medellín vivió en los años 80 y 90 una enorme oleada de violencia derivada de las actividades del capo narcotraficante Pablo Escobar, muerto por la policía en 1993.