Cosecha Roja.-

La corte tucumana suspendió el juicio político a los jueces que absolvieron a todos los imputados de la causa Marita Verón. Fue luego de que uno de ellos, Romero Lascano, presentara un recurso para rever la medida, que fue aceptada.

En diciembre de 2012, los jueces Alberto Piedrabuena, Eduardo Romero Lascano y Emilio Herrera Molina, absolvieron a los 13 acusados del secuestro y explotación sexual de Marita Verón. Susana Trimarco pidió un juicio político y el miércoles 3 de abril, cuando se cumplieron once años de la desaparición de su hija, la Comisión de Juicio político de la Legislatura tucumana habilitó el jury y dos de los jueces quedaron a un paso de la destitución. El tercero, Herrera Molina afectado por graves problemas de salud, por ahora logró eludirlo.

José D’Antona, uno de los abogados de Trimarco, había dicho a Cosecha Roja que aunque aún no conocía los fundamentos, esta noticia lo llenaba de satisfacción. Había estimado que a mediados de mayo se definiría si se destituía o no a los jueces tucumanos.

La decisión se había enfocado en la actitud de los jueces durante el debate oral. Sisto Terán, el presidente de la Comisión legislativa, explicó: “No respetaron una norma básica: las testigos vulnerables no pueden estar en presencia de las personas que las maltrataban, las obligaban a prostituirse. Tuvieron el coraje de declarar, fueron agredidas nuevamente y los jueces lo permitieron. Eso está mal. Y no lo digo yo. Lo dicen convenios internacionales incorporados a nuestra Constitución”.

Los ejemplos son varios.

-¡Vos te hiciste mujer en mi casa! ¡Abortada!- le gritó Liliana Medina a una testigo que declaraba haber compartido cautiverio con Marita en sus burdeles.

En el debate oral, frente a “Mamá Lily” (que falleció el 25 de febrero) y sus socios, ocho mujeres contaron que vieron a Marita Verón en distintos prostíbulos. Las mujeres volvieron a relatar maltratos y abusos frente a sus captores. Los acusados las insultaron y amenazaron. Los abogados defensores se ensañaron. Los jueces se callaron. Una de las víctimas contó que vio a Mamá Lily empujar desde un segundo piso a una chica brasilera. Parecía muerta. Jorge Cáceres, el abogado de Medina, arremetió.

-Pero hay brasileras que son altas, otras bajas, no todas…

-Era alta pero no le sé decir cuánto media – balbuceó la mujer.

– ¿Cuánto más alta? – insistió el abogado. El presidente del Tribunal intervino y le dijo al defensor que no siguiera, que ya tenía esa respuesta.

– Más alta que yo…- alcanzó a decir la mujer.

– ¿Cómo le consta a Ud. que esta chica brasilera estaba muerta? ¿Ud. le tomo el pulso?, se atrevió. ¿Puede constar en acta señor presidente la respuesta? ¿Ud. fue al velorio?- insistió Cáceres.

En un juicio por el que pasaron cientos de testigos, los tres jueces de la Sala II de la Cámara en lo Penal de Tucumán, desarticularon los relatos de las víctimas. Hablaron de animosidad contra los imputados y se refirieron a la madre de Marita Verón como una buscadora de venganza.

Los abogados de Trimarco consideraron que la conducta de estos jueces durante las audiencias debe entenderse como un error sino como una tarea “ardidosa y maquinada.”

También pidieron que se investigara si los magistrados “entregaron” la causa. Susana Trimarco denunció tras el fallo de diciembre que en 2010 recibió un correo anónimo dónde le contaban que habían sacado la causa de su hija para llevarla a las tres de la mañana a la finca del defensor Cergio Morfil. Desde entonces, según confirmó Terán a Cosecha Roja, al expediente del caso le faltan muchas hojas. Pero no se pudo acusar a los jueces por cohecho porque el fiscal que tiene la denuncia no investigó. El expediente iba a ser elevado al Jury de Enjuiciamiento luego, pero ahora deberá esperarse a que se resuelva la cuestión de fondo.