marcos levin

Marcos Levín, ex director de la Veloz del Norte, es el primer empresario condenado por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura. El Tribunal Oral Federal de Salta lo consideró un “autor necesario” del secuestro y torturas de Víctor Cobos, delegado gremial en la Empresa La Veloz. Le dieron 12 años de prisión, la misma pena que los tres agentes de policía de la comisaría cuarta, donde funcionó un Centro Clandestino de Detención en la ciudad de Salta. “Es un juicio histórico. Se mostró a la sociedad cómo actuaron los empresarios y civiles, al colaborar en la dictadura cívico militar” dijo a Cosecha Roja Cristina Cobos, hermana de Víctor y referente por los derechos humanos en Salta.

Victor Cobos era chofer de la empresa Veloz del Norte en Salta. Delegado de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA), integraba la cúpula directiva del gremio cuando iniciaron una serie de protestas a principios de 1976, para pedir una mejora en el sueldo. “Levín no quería tener empleados molestos que le produzcan huelgas por ese motivo es que lo persiguen a mi hermano” contó Cristina Cobos.

Después del Golpe de 1976, Víctor Hugo Boscos, un subcomisario de la comisaría 4 se paseaba por los pasillos de la Veloz del Norte. Trabajaba como guardaespaldas de Marcos Levín y era el encargado de señalar a los trabajadores sindicalizados, pasar información a la policía y romper las huelgas. “El vínculo está claro porque Boscos, al mismo tiempo, trabajaba en la empresa del señor Levín y en la comisaria 4º” señaló el fiscal Francisco Snopek cuando pidió la elevación de la causa a juicio oral y público.

El  22 de enero de 1977 a la mañana, Víctor volvía de un viaje  de larga distancia. Cuando estacionó el colectivo en uno de los galpones, tres policías lo encararon. Uno de ellos era Cobos, los otros dos, el comisario Víctor Hugo Almirón y el oficial Ramón Figueras. Lo acusaban de una estafa, lo subieron a un Ford Falcon azul con el logo de la Veloz y lo llevaron a la comisaría 4º.

“Me llevaron encapuchado a una pieza y comenzaron a golpearme, cuando me aplicaban la picana el dolor era indescriptible” contó Víctor durante el juicio. Estuvo una semana detenido y entre las sesiones de tortura lo obligaron a firmar un documento en el que confesaba haber robado a la empresa. Varias veces escuchó la voz de Marcos Levín y sintió su perfume: esperaba ansioso el documento firmado.

Según determinó el Tribunal Oral Federal de Salta, Levín fue un “actor necesario” del secuestro. Para la querella el empresario utilizaba el mecanismo de la tortura para despedir a los empleados sindicalizados sin pagar la indemnización.

Después de firmar la confesión falsa, Víctor estuvo detenido tres meses en el Penal de Villa Las Rosas. Cuando recuperó la libertad se fue de la Argentina, regresó en 1984 para hacer la primera denuncia. Recién se dio curso legal a la investigación en el 2005 y más de una década después, los jueces condenaron a doce años de prisión efectiva a tres de los cuatro acusados por “privación ilegítima de libertad y apremios ilegales”: Marcos Levín, Víctor Hugo Almirón y Víctor Bocos. Enrique Cardozo, un oficial de la comisaría 4, recibió ocho años. “Estamos conformes con la sentencia, para mi hermano es un alivio, Levín es un empresario muy poderoso en el norte argentino y juicio fue un esfuerzo enorme” dijo Cristina Cobos.

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La familia Cobos es una de las más golpeadas por el Terrorismo de Estado en la provincia de Salta. El hermano menor, Martín Cobos, fue asesinado el 25 de setiembre de 1976 cuando un comando de la policía entró a su casa. Martín intentó escapar pero recibió 20 disparos. El cuñado de Víctor Cobos, Víctor Mario Brizzi, era militante de la Juventud Peronista y cumplía el servicio militar en Destacamento de Exploración de Caballería Blindada 141. Fue secuestrado en las cercanías del cuartel el 9 de marzo de 1976. Sus superiores lo dieron de baja por “haber desertado”.

Cristina Cobos dedicó los últimos cuarenta años a lucha por los Derechos Humanos, referente en Salta de los organismos de Memoria y Justicia, es la actual directora del Archivo Provincial de la Memoria.