Jorge Mangeri y policias - Télam

Juliana Mendoza – Cosecha Roja-.

“Parece que el reality show llegó al tribunal”. Así calificó el abogado querellante Pablo Lanusse la audiencia de hoy en el juicio por el crimen de Ángeles Rawson. Le tocaba declarar al subcomisario Martín De Cristóbal pero cuando Jorge Mangeri lo vio, lo acusó de haberlo amenazado para que confesara el asesinato. “No me voy a olvidar nunca de la cara de esa persona”, dijo el encargado. La defensa había pedido la incorporación de ese testigo, que nunca alcanzó a decir una palabra y que el Tribunal Oral en lo Criminal Nº9 desestimó.

Cuando apareció el subcomisario, el abogado defensor Adrián Tenca le dijo al Tribunal que Mangeri quería ampliar su testimonio sin preguntas. Mangeri se puso nervioso y en pocos minutos contó lo que ya había declarado. El viernes 14 en la fiscalía, el policía lo interrogó y lo dejó solo durante dos horas en el mismo escritorio. De Cristóbal, que tenía puesto una camisa rosa, un suéter gris y un sacón azul, entró “cuatro o cinco veces” para amenazarlo. “Él fue el que me dijo que mi esposa había mentido y que había contradicciones en su relato. Me dijo que él sabía que yo había violado a la nena, que la había subido a mi auto y tirado a la basura”.

-Es mejor que se declare responsable porque sino su mujer va a quedar detenida. ¿Alguna vez estuvo ella en la cárcel? -le preguntó el policía.

-No – respondió Mangeri.

-No duraría ni dos días.

“Le pido perdón a la familia”, se anticipó Mangeri sentado en el banquillo de los acusados y contó que el policía le dijo que Ángeles “estaba buena”, que ella lo había provocado y que le confesara a la fiscal que fue un accidente y que la había matado sin querer. Cuando María Paula Asaro llegó, Mangeri le pidió si podía hablar a solas, pero la fiscal se negó. Para Mangeri, ella sabía lo que estaba pasando. “Si quieren que sea yo, está todo bien”, les dijo en ese momento.

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En la sala, el encargado le guiñó un ojo a su esposa. Una mujer murmuraba un rezo a una estampita de San Jorge cuando declaró el primer testigo. Al lado de ella estaba Diana, que lloró cuando el encargado contó las amenazas que sufrió en la fiscalía. En un momento el Tribunal pidió que la sala se desocupe y que las partes se queden para mostrar las fotos del cuerpo. La mamá de Ángeles no se movió.

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Cuando encontraron el cuerpo de Ángeles en el Ceamse de José León Suárez, estaba boca arriba, tenía la remera levantada y la bombacha, la calza y el jogging bajos. Una bolsa marca Día% le tapaba la cara y estaba atada con sogas en el cuello. Lo contaron los testigos del peritaje durante el hallazgo: un policía de la Bonaerense, un ingeniero de control ambiental y un empleado de seguridad del Ceamse. Walter Pérez -el comisario de la Policía Bonaerense- dijo que los forenses determinaron a simple vista que Ángeles había sido abusada y la habían asfixiado hasta matarla.

Foto: Télam