MarianelaCosecha Roja.-

Las dos querían ser periodistas. Eran morochas, flacas, jóvenes y vivían solas en la ciudad. Las dos volvían de un boliche una madrugada de invierno. A las dos las apuñalaron. En ambos casos los investigadores estudiaron primero al entorno y no encontraron al asesino. ¿Es Lucas Azcona el eslabón que une los casos de Nicole Borquez y Marianela Rago? La familia de la joven fueguina pedirá cotejar las huellas de ADN con el detenido por el crimen de la estudiante chilena.

Rago tenía 19 años, era de Tierra del Fuego y estudiaba periodismo en Buenos Aires. Murió degollada en junio de 2010. Le dieron 23 puñaladas con un cuchillo en su departamento Balvanera. Hasta octubre el único sospechoso era su exnovio, Francisco Amador, y la justicia lo sobreseyó por falta de pruebas. El caso sigue impune y con cabos sueltos. En la escena del crimen los investigadores encontraron dos perfiles genéticos: uno en un porro que habían fumado y otro en una mancha de sangre en el jean de Marianela. El asesino pudo haberse cortado mientras la apuñalaba. El perfil aún no fue identificado y, por eso, la familia pedirá que entrecrucen los datos de las causa aunque los abogados todavía no presentaron el recurso.

A Nicole la asesinaron de 16 puñaladas en la puerta de su casa, en julio de este año. Durante los primeros meses, los investigadores analizaron con quién había salido esa noche, quiénes eran sus amigos y al último hombre con el que había estado. Pero hace dos semanas la causa dio un vuelco gracias a la difusión de las imágenes de las cámaras de seguridad: Lucas Ariel Azcona se convirtió en el principal sospechoso. Días después, el cotejo de ADN del acusado con el de la sangre de la escena del crimen dio positivo y salieron a la luz nuevas denuncias. Raúl Torre, perito por parte de la querella en la causa de Marianela, dijo que “existe posibilidad” de que sea el mismo asesino porque repite “el modus operandi”.

Torre dijo a Cosecha Roja que la modalidad del ataque es siempre por detrás, que el joven padece un trastorno que “va de la neurosis a la psicosis” y que tiene un perfil “totalmente desorganizado”. “Sus impulsos son violentos”, describió. Según el forense, este tipo de estados clínicos es común que se activen cerca de los 20 años. Lucas tiene 22.

El psiquiatra Hugo Marietán dijo a Cosecha Roja que es probable que no fuera la primera vez que el joven atacaba. “Es un psicópata depredador: esa noche salió a cazar y la agarró como a una presa, la mató por placer”, dijo.

En el caso de Marianela, la justicia investigó al exnovio porque ella ya lo había denunciado por agresiones. La había amenazado de muerte y la había golpeado. La autopsia de la joven reveló que fue golpeada brutalmente antes de los cuchillazos. Las marcas de los brazos indicaban que el asesino la había acostado boca abajo para inmovilizarla. “Si me dejás te voy a matar”, contaron que le decía Amador. Cuando ella lo dejó él la empezó a seguir e insistía con volver.

Según la declaración del joven, ese domingo llegó a su casa a las seis de la tarde y se quedó hasta que, al día siguiente, fue a su trabajo, en IBM. También contó que todavía se seguían viendo y comunicando por mensaje y llamados. Ese jueves, incluso, se habían visto. En octubre lo sobreseyeron porque no coinciden su ADN con el que encontraron en la ropa del víctima y la fiscal Marcela Sánchez apeló la decisión. El asesinato aún no tiene autor.

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Lucas Ariel Azcona es un “mal psicópata”. En cada agresión que cometió dejó rastros de su identidad: no se cubrió el rostro y atacó en la calle. La criminóloga Maria Laura Quiñones dijo a Cosecha Roja que “no es un enfermo mental pero sí tiene un trastorno de personalidad”. Antes de que su padre lo entregara en una comisaría de Quilmes, se trazó en el brazo con un cuchillo “te amo papá”. Durante esta semana, la justicia realizará pericias para determinar si es o no imputable.