12 años presa por un crimen que no cometió

Cristina Vázquez fue condenada sin pruebas a cadena perpetua por el asesinato de una vecina. Ahora la Corte Suprema de Justicia revisará el fallo: es su última oportunidad de salir en libertad.

12 años presa por un crimen que no cometió

Por María Agustina Banchiero
30/07/2019

“A lo largo de estos años he visitado a Cristina, acompañado a su familia, he tenido los álbumes de fotos de su infancia en mi casa y he leido sus diarios. Todo para descubrir que su infancia y adolescencia se parecían mucho a la mía. Y en realidad quizá se parezcan a cualquier otra vida.

¿Qué pasaría si un día llega la policía a mi casa y me acusa de un crimen? ¿Qué pasaría si un día tocan a tu puerta y te arrastra la maquinaria de un sistema incapaz de ver más allá de sus prejuicios? Y si tenés que esperar años con tu vida en pausa para que al menos alguien te escuche, alguien te crea”.

La periodista colombiana Magda Hernández -radicada en Argentina hace 12 años- fue quien confió, escuchó y acompañó a Cristina Vázquez, una mujer misionera de 37 años que fue condenada sin pruebas a cadena perpetua por el homicidio de una vecina. El resultado fue “Fragmentos de una amiga desconocida”, una película documental que narra la historia de Cristina, su vida en prisión y la lucha por recuperar su libertad.

Cuando todo comenzó Cristina tenía 19 años. Su vida y el deseo de todo lo que pudo haber sido se frenaron el 28 de julio de 2001. Ese día encontraron muerta a su vecina Ercélides Dávalos, de 79 años, en su casa en Posadas. La habrían matado a golpes para robarle entre las 21 y las 22 del día anterior. En 2010, a pesar de no tener pruebas ni testigos que la vieran, condenaron a Cristina a cadena perpetua.

Magda y Cristina se conocieron en Buenos Aires en 2007, trabajaban juntas en un restaurante para turistas. Extranjeras en la enorme ciudad, empatizaron y se hicieron amigas rápidamente. “En primera instancia la amistad me motivó a hacer el documental. Pero luego, al leer la sentencia, nos ha sostenido la certeza de que estamos frente a una injusticia enorme. Es lo que nos han confirmado las ONGs que nos asesoran y acompañan, Cristina es inocente y sigue privada de su libertad”, cuenta a Cosecha Roja Magda Hernández, directora del documental.

La Asociación Pensamiento Penal (APP), Innocence Project Argentina, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Asociación de Mujeres Penalistas de Argentina trabajaron junto con Magda Hernández en la investigación y visibilización de las irregularidades que tuvo el proceso que sentenció a Cristina. Fueron seis años de leer expedientes, de viajes a Misiones desde Buenos Aires, de visitas y grabaciones en la cárcel, de entrevistas a la gente cercana a Cristina y de acompañamiento a su familia.

Cristina lleva más de una década en la Unidad Penal N° 5 del Instituto Correccional de Mujeres de Posadas, Misiones. Hoy espera su última oportunidad de salir en libertad: la Corte Suprema de Justicia revisará el fallo que la condenó a perpetua. Mientras tanto pasa sus días en la cárcel entre libros de Eduardo Galeano y discos de Jazz. “A veces corremos las camas y nos ponemos a bailar rock, música brasilera -acá son muchas- o bailamos polka que nos enseñan las paraguayas. Hay chicas que no tienen visitas entonces nos ponemos a consolarlas, a tirarles onda, porque se ponen a llorar y no tienen contención y ahí es donde corremos las camas y armamos un baile”, relata Cristina en la película.

En la escena del crimen no hay rastros de Cristina. No hay material genético ni huellas que apunten a ella como autora del hecho. Tampoco hay testigos. Los propios jueces que la condenaron lo reconocieron en la sentencia: “No existe prueba directa que acredite la autoría de los encartados respecto del hecho investigado”.

A falta de pruebas, el Tribunal basó la condena en una serie de prejuicios. Se enfocó en la vida que llevaba, en su clase social y sus amistades. A eso se sumó la condena mediática que eliminó desde un principio la presunción de inocencia. Los medios la apodaron “La reina del martillo”, en referencia a la que creían que era el arma homicida.

“Cristina está atravesando este recorrido con tranquilidad, por momentos, con muchísima angustia y ansiedad, en otros. Ella es una mujer fuerte con mucho sentido del humor, pero la rutina no es fácil de sobrellevar”, cuenta Magda Hernández.

El documental se estrenó en el cine Gaumont y simultáneamente en Youtube para que la historia de Cristina llegue a más gente.

Acá te compartimos el trailer:

María Agustina Banchiero
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