lesbofobia

Matías Máximo, Cosecha Roja-. El sábado 24 de agosto, Ariel Giles llegó a la casa de su exmujer Romina y la golpeó en la cabeza hasta provocarle una fractura. Pero primero tuvo que pasar por arriba de la actual pareja de ella, María Celeste, a la que después de tirar al piso pateó hasta dejarle un corte de diez centímetros en la pierna. Ayer, organizaciones de género hicieron una jornada de visibilización de lesbianismo en la plaza central de Baradero, la ciudad donde viven las chicas. Giles, ex futbolista y padre de dos hijos que tuvo con Romina, está libre a pesar de las  denuncias penales que lo tienen como protagonista.

“No soy la culpable de que Romina lo haya dejado, él hizo abandono de hogar hace un año y nosotras nos conocimos en febrero”, dijo a Cosecha Roja María Celeste Lacannabe y aclaró que “Ariel es una persona que la torturó psicológicamente los últimos 17 años y siempre tuvo conductas agresivas: lo mismo le hubiera pegado al que estuviera con Romina si fuera una mujer, un hombre o un animal”.

María Celeste tiene 36 años y trabaja como instrumentadora quirúrgica, aunque hace diez días no asiste a su puesto porque le dieron licencia para evitar infección en los once puntos de sutura que tiene en la pierna, además del descanso por el daño emocional que le asignó una psicóloga. “Yo me siento lesbiana desde que nací”, dice Celeste y sabe que el caso de su pareja es diferente.

Romina empezó a convivir con Ariel Giles a los 17 años y tuvieron dos hijos. Según conocidos, ella no siguió los estudios ni fue nunca a trabajar porque él siempre fue muy paranoico y quería que ella se quedara en su casa. Ahora que Romina tiene 33 años, hizo un curso de reiki y lo practica para sumar lo que gana a la ayuda que le dan familiares para mantener a sus hijos.

En febrero de este año, las chicas se conocieron en una fundación que protege a perros abandonados en la calle y empezaron a salir. Para Romina es una experiencia nueva, porque  Celeste le da una confianza y protección que no había conocido antes.

“Para nosotras es importante hacer visible el lesbianismo para evitar que surjan casos de violencia por intolerancia”, explicó con respecto a la manifestación de ayer Claudia Castro de Las Fulanas, un espacio de lesbianas y mujeres bisexuales que organizó la movida en Baradero de la que participó también la Federación Argentina LGBT y autoridades de derechos humanos locales.

Castro aclaró que aunque “las organizaciones repudian a que el agresor Ariel Giles esté en libertad a pesar de sus daños físicos y psicológicos, lo de ayer no fue un escrache sino visibilización que influye mucho en un lugar chico como Baradero,  donde los vecinos  se acercan a preguntar o a contarnos de sus vidas”.

El fiscal Hernán Granda (que está a cargo de la delegación N°8  donde fue radicada la denuncia), dijo al portal Baradero te informa que el caso “tiene una repercusión nacional por la sexualidad de las personas involucradas”, y dio una frase que fue directo al título: “Para mí es una causa similar a la de una pareja heterosexual, yo no hago ningún tipo de diferenciación en este sentido”.

En este sentido, la legislación 26.485 propone otra perspectiva. Ante la Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, la agresión a Celeste y Romina sería violenta al cuadrado: son mujeres y son dos.

De todas formas, Granda no duda quién es el culpable: “La causa está bastante clara porque ellas son testigos reciprocas de las lesiones que recibieron cada una, así que esta todo para elevarla a juicio: cuando tengamos los informes y los antecedentes, tomaremos indagatoria y se elevará”.

Andrés Giles tiene 35 años y trabaja en una refinería de Baradero. Desde que se separó de Romina le pasa el veinte por ciento de su sueldo como toda manutención, y aprovechaba los momentos en que le pasaba el dinero para molestarla. Desde que fue radicada la denuncia, la justicia determinó una restricción por que deberá estar alejado de cualquier lugar donde esté Romina y Celeste.

Celeste, ¿qué le dirías a las mujeres que sufren de violencia?

-Que no duden en contar lo que les pasa, que no están solas, que su testimonio nos hace a todas más fuertes.