Daniel_Lagostena_Erica_SorianoCosecha Roja.-

La Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora ordenó hoy la libertad por falta de pruebas de Daniel Lagostena, quien estaba detenido desde julio por el crimen de su pareja Erica Soriano, desparecida desde 2010.  La decisión fue adoptada este mediodía luego de que la defensa de Lagostena presentara un planteo de habeas corpus, por lo que el imputado recuperará la libertad en las próximas horas.

Érica Soriano tenía treinta años y un embarazo de dos meses y medio cuando desapareció, en agosto de 2010. Su pareja, Daniel Lagostena, está detenido acusado de asesinarla. Hoy el juez negó el pedido de excarcelación que hizo la defensa después de que la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora anulara la prisión preventiva.

En mayo de este año, Lagostena, de 51 años, fue detenido e indagado por el secuestro y el asesinato de Érica. Dos meses después, el juez dictó la prisión preventiva por otro delito: homicidio y aborto en el contexto de violencia intrafamiliar.

Por este error procesal, la semana pasada la Sala III de la Cámara de Apelaciones anuló la prisión preventiva y las indagatorias y el abogado defensor solicitó la liberación de Lagostena. El juez de Garantías Gabriel Vitale rechazó el pedido y el acusado seguió  preso.

“El juez le negó la excarcelación porque hay fuertes indicios de fuga y de que pueda entorpecer la causa”, dijo a Cosecha Roja el abogado de la familia de Érica, Marcelo Mazzeo. Según explicó, la Cámara revocó la prisión preventiva y las indagatorias pero dejó firme el pedido de detención que había hecho el juez en mayo de este año.

La historia de amor entre Érica y su pareja se convirtió en una pesadilla. Se conocieron en diciembre de 2009. A los cinco meses Érica y su hija se mudaron a la casa de él en Lanús. Un mes y medio después, ella quedó embarazada.

El 21 de agosto de 2010, Érica iba a ir a visitar a su madre, María Esther, a la localidad bonaerense de Villa Adelina. Como no llegaba, la mujer llamó a la casa de su hija. Atendió Lagostena.

-Se habrá perdido- contestó fríamente cuando María Esther le preguntó por qué Érica no había llegado.

Para la Justicia, Érica nunca salió de su casa: creen que Lagostena las asesinó entre las diez de la noche del viernes 20 y la madrugada del día siguiente. Las pruebas que lo incriminan son una larga lista de mails cargados de reproches que él le enviaba a su pareja, restos de ropa quemada en la chimenea de la casa y una serie de llamados entre familiares de Lagostena –sospechados de complicidad- la madrugada de la desaparición de Érica.