clodomiro

Hulk descansa. Ya paseó, hizo ejercicio, tomó agua y ahora se echa una merecida siesta en el piso de su casa de La Calderilla, en Salta Capital. Está solo, cuidando el hogar. Hasta que sucede.

Los vecinos también lo oyeron, según se sabrá después. Hulk para las orejas, atento. La alambrada sólo es un pedazo de metal, decía Nino Bravo, y alguien la está rompiendo. Unos segundos de silencio, y ahora arremeten contra el portón de casa. Después, todo es confuso para Hulk. Al ovejero alemán le pasan una soga por el cuello y lo ahorcan. Semi inconsciente, lo suben a una camioneta y se lo llevan.

-Policía.

-Hola, quería denunciar el robo de mi mascota-contesta en el teléfono Sebastián, el dueño de Hulk.

-No va a ser posible, no tenemos móviles disponibles. Disculpe.

Minutos después llegan policías de otro municipio, avisados por sus compañeros desmotorizados. Miran la alambrada rota, el portón destruido y preguntan.

-¿Qué pasó?

-Entraron a mi casa, ¿no ve?

-¿Se llevaron algo?

-Sí, a Hulk, el perro.

-Ah. Bueno, disculpe, pero tenemos que seguir cubriendo el corso. Tenga usted buenas noches-. Los policías dan media vuelta y se van.

Hulk sigue sin aparecer. Rocko, el bichón frisé y una caniche toy recién nacida también. Ellos estaban en el centro de Salta y también desaparecieron. Sospechan que también fueron víctimas de robo.

Clodomiro se llama como el hijo de Clodoveo, rey de los francos. Difícilmente tenga algún parentesco: mucho tiempo pasó desde el siglo V como para averiguarlo y, además, este Clodomiro pertenece a otra especie, la de los caniches toy. Él esperaba a su dueña, ladrando de esa forma tan irritante para el oído de cualquier ser vivo, en un cerco del cual no podía escapar dada su contextura física. Cuando alguien se lo llevó, la dueña pasaba una tarde en lo de un amigo en la zona norte del conurbano bonaerense. Pero la odisea recién empezaba: María de los Ángeles pegó carteles por todo Don Torcuato preguntando por él. Creó en Facebook el grupo “Busco a mi caniche Clodomiro”, que tiene 107 seguidores, en el cual ofrece 1.500 pesos de recompensa. Alguien la llamó. Pactaron un encuentro en la avenida San Martín, en un descampado de Malvinas Argentinas. María fue en auto. El novio la acompañó. Una camioneta violeta con los vidrios polarizados se acercó dando marcha atrás.

-¿Por qué viniste con la poli?-preguntó un hombre desde arriba del vehículo.

-Es mi novio.

-No, que se vaya. Vení vos sola a la esquina.

María, quien se dejó llevar pensando en Clodomiro, en sus ladridos agudos, en sus movimientos frenéticos, hizo caso. Después, todo sucedió rápido. De la parte de atrás de la camioneta bajaron dos hombres pero el novio de María, que ya olía algo raro, estaba viniendo para rescatarla. Al día de hoy, Clodomiro sigue sin aparecer. Para el último año nuevo, María publicó una foto de él con una pelota de fútbol violeta y un mensaje de esperanza: “Feliz 2013 para todos mis amigos que me ayudan a volver con mamá”.

El objetivo son los perros de raza, los puros. Son los que más valen. En el mercado legal, un caniche toy, un yorkshire terrier o un bulldog francés pueden valer 8.000 pesos. En una feria ilegal, sin papeles, pueden llegar a adquirirse pagando entre 250 y 1.000 pesos. El dinero poco importa a sus dueños: sólo quieren reencontrarse con Hulk, con Clodomiro, con Rocko y con todos los perros de este mundo arrebatados de las manos de sus dueños.

(Con información de El Tribuno y La Nación)