BlancaGallardoCosecha Roja.-

El sábado Blanca no volvió a su casa a la hora que había dicho y los familiares la llamaron al celular. Ella alcanzó a contar que la habían secuestrado. Después no atendió más. Ahí se activó Twitter: con el hashtag #BlancaGallardo se difundió la historia y se retuiteó el pedido de información. Apareció sola, caminando por Puente Alsina varias horas después. La fiscalía a cargo de Adrián Giménez ordenó investigar el caso y trasladarla al Hospital Penna para evaluar su estado de salud.

Apenas pasadas las 8 de la mañana, la joven de 20 años fue por sus propios medios al control de Prefectura en la esquina de Amancio Alcorta y Sáenz y contó que acababa de escapar del cautiverio y que la habían tenido atada, dijeron fuentes judiciales a Cosecha Roja. Desde ahí llamaron al SAME y la llevaron al hospital. La joven también dijo que la secuestraron entre 5 personas.

Según la familia, a Gallardo la habían raptado dos hombres el sábado a las 20, en la esquina de La Plata y Rivadavia, cuando salía del cine. Se había ido de la casa a las 17:30 y había quedado en volver en poco más de dos horas a la zona de Parque Chacabuco, donde vive. Como no lo hizo, la llamaron al celular.

Walter Galloso, cuñado de Blanca, contó a los medios: “Nos contestó que dos hombres la habían secuestrado en una parada de colectivos y la tenían cautiva en una casa abandonada, y que la habían golpeado mucho”. Volvieron a llamar, ya no sonaba. Horas después les llegó un mensaje que decía que el celular estaba disponible y volvieron a intentar. “Atendió una chica y dijo que había comprado el celular por 500 pesos a unos chicos”, agregó.

Blanca es paraguaya y vive en Argentina desde hace cinco años con la hermana, el cuñado y el sobrino. Trabaja de niñera. Durante la búsqueda, en las redes sociales se difundió que había sido secuestrada con “calza gris, campera tipo ambo negro y zapatillas grises con borde rosa, y portaba cartera tipo morral en cuero negro”.

La fiscalía de Nueva Pompeya y Parque Patricios ordenó la intervención de la División Antisecuestros de la Policía Federal. La familia dijo que no les pidieron dinero y que su “mayor miedo” era que hubiera caído en una red de trata.