enfermeros uruguayos

Gabriela Cortizas – El País.-

En marzo vence el plazo para que la Justicia se expida sobre la culpabilidad de los enfermeros, que hoy se encuentran recluidos en la cárcel Juan Soler de San José.

El abogado de Pereira, Humberto Teske, dijo que el ánimo de su representado varía según los días. Dijo, además, que Pereira ya hizo todo lo que podía en prisión dado que tenía, ya antes de ingresar, los estudios culminados.

En marzo de 2012, tanto Pereira como Acevedo habían confesado ser los autores de la muerte de quince pacientes. Sin embargo, la declaración fue luego modificada.

Acevedo habría terminado con la vida de 10 pacientes inyectándoles aire y Pereira otros cinco proporcionándoles medicación no indicada por los médicos, según admitieron en su momento.

Teske explicó que Pereira confesó en un primer momento su participación debido a presiones que luego denunció ante la Justicia. Aseguró que la Policía lo amenazó con tomar represalias contra su esposa si este no cooperaba. Incluso, dijo, llevaron a la mujer al lugar en donde estaba declarando.

El abogado contó que la madre de Pereira consultó antes a varios abogados que se negaron a representar a su hijo. Señaló también que la primera vez que visitó al enfermero en prisión este no paraba de llorar y de repetir: “Yo no los maté, yo no los maté”.

Acevedo, un año después de su primera declaración, admitió los homicidios por consejo de su anterior abogada ante las pruebas que en ese momento había en su contra y le aseguró que lograría un procesamiento sin prisión o, en el peor de los casos, que lo enviaran a una chacra policial.

La exabogada, Inés Mas- siotti, rechazó estas acusaciones. También dijo que recibió presiones de la Policía para confesar las muertes.

Teske dijo a El País que espera la resolución de la jueza Sánchez y que “apelará todo lo que no sea la libertad”.

El abogado de Pereira indicó que desconoce sobre qué deli-to la jueza Sánchez podría basar una condena ya que, a su entender, no existen motivos para que su representado esté recluido.

Teske explicó que su representado confesó suministrarle medicación a los pacientes sin la autorización de los médicos, pero, dijo, estas drogas no desembocaron en la muerte de los pacientes.

La Junta Médica designada por la Justicia concluyó que en siete casos “la muerte era esperable y en algunos casos inevitable en el breve plazo”.

Por otro lado, se pudo confirmar que Pereira no se encontraba en el centro de salud al momento de la muerte de dos pacientes y en uno de estos casos, inclusive, hacía dos días que no concurría.

Según explicó Teske, la confesión no tiene validez si no se sustenta en pruebas, por lo que en este caso, a su entender, debería ser descartada.

Hace pocos días la fiscal penal Mónica Ferrero rechazó el pedido de sobreseimiento planteado por Pereira.

Tras analizar el planteo, la fiscal se pronunció en contra de otorgar el sobreseimiento debido a que a su juicio no existen elementos probatorios nuevos que permitan modificar la imputación efectuada en su momento por el fiscal.

En julio de 2013, el fiscal Gilberto Rodríguez, quien entonces tenía a su cargo el caso, solicitó que Pereira sea condenado a 16 años y Acevedo a 14.

Según Teske, él mismo prefirió no aportar más testimonios como el de policías implicados debido a que quería acelerar el proceso de liberación de Pereira. Sin embargo, esta libertad nunca se concretó.

Teske dijo que lo principal hoy es liberar a Pereira, aunque sabe que este no podrá volver a la enfermería.

Acevedo trabajó hasta su procesamiento en la Asociación Española y Pereira, en el Hospital Maciel. Ambos admitieron conocerse y estaban en permanente contacto. Incluso hoy se visitan, ya que se encuentran recluidos en el mismo centro penitenciario.

Para dictar el procesamiento en 2012 fueron claves las confesiones judiciales y policiales de ambos indagados, pero en el correr de la investigación no han surgido elementos concluyentes que permitan probar los asesinatos, situación que ha llevado a que los enfermeros cambiaran su declaración.