Cosecha Roja.-

A tres kilómetros del centro de Resistencia, autoridades locales hallaron el cadáver de Tatiana Kolodziez, de 33 años, desaparecida desde el sábado en la madrugada cuando tomó un remise en Fontana que la llevaría a casa de su novio. El conductor del auto contratado era un hombre que estaba en libertad condicional. El domingo fue detenido y hoy confesó que la mató y la enterró detrás de un hipermercado.

La desaparición de Tatiana era investigada por el fiscal federal Patricio Sabadini, pues estaba catalogada como posible secuestro extorsivo. Tras perder el rastro de la chica, su novio recibió llamadas con pedidos de dinero. “Junten la plata si no quieren perderla”, decía uno de los mensajes. Sin embargo, no se descartó que se tratara de un ataque sexual.

Esta última línea es la que hoy queda firme, luego de la confesión del remisero Juan Ernesto Cabeza, tucumano de 52 años, quien había estado 16 años en prisión por cuatro violaciones registradas en Capital Federal, entre 1995 y 1996. Los delitos que lo llevaron a la cárcel los cometió con el mismo método que el crimen de Tatiana Kolodziez: captaba a las mujeres a través de remiserías.

Tatiana pidió un auto a la Remisería Resistencia, en 9 de Julio y calle 10, que la llevara a casa de su novio, Armando Andrés Enciso, de 37 años. Ella lo llamó para avisarle que ya iba, pero él no le contestó porque estaba reunido con varios amigos. Cuando intentó devolverle la llamada, ya no pudo comunicarse. Eran las 4 de la madrugada. Tatiana vivía en Illia 1635, y hasta allí fue a buscarla su novio. Las luces de la casa estaban encendidas y todo estaba cerrado.

Se supo que la mujer había tomado un remis y que la última persona que la vio con vida fue el conductor. El jefe de la Policía, Ramón Alegre, dijo que el remisero estaba libre desde el 26 de septiembre, cuando salió bajo medida condicional, de la Unidad Regional Federal 7. A Juan Ernesto Cabeza, le faltaba purgar ocho años de su condena.

Según Alegre, cuando el remisero atacaba a sus víctimas, las despojaba de sus pertenencias. El domingo en la mañana fue detenido cuando iba a un taller mecánico. En la declaración preliminar, Cabeza dijo que había dejado a la mujer donde ella le había pedido, en la casa de su novio, en Urquiza 850.

No hubo más detenciones. Con la confesión del remisero y el hallazgo del cadáver, el caso de Tatiana Kolodziez no es una desaparición, sino un homicidio.