Gustavo Martínez: ¿la madre? no reconocida

Los medios hablan de él como el tutor, el custodio de lxs mellis, el ex de Ricardo Fort. Todas las categorías menos padre. Menos aún mamá. Los roles de la típica familia nuclear se quedan chicos para las redes de afecto que tejió Fort alrededor de sus hijes antes y después de morir.

Gustavo Martínez: ¿la madre? no reconocida

Por Ana Nemirovsky
16/02/2022

No tener una mamá fue más fácil porque directamente desde que nacimos no tuvimos mamá. 

Felipe responde a la pregunta sentado en el living del programa de Verónica Lozano. Su hermana Martita lo interrumpe. 

Gustavo es nuestra mamá. 

Nos cuidaagrega Felipe.

La charla es en 2019 y sigue con más preguntas sobre cómo es la vida de los dos hijos de Ricardo Fort junto a Gustavo Martínez. 

Tres años después el nombre de Gustavo está en todos lados desde la mañana temprano. Su muerte en un presunto suicidio en el departamento de Belgrano donde vivía con lxs mellis de 17 años es la noticia del día. Los medios hablan de él como el tutor, el custodio de lxs mellis, el ex de Ricardo Fort. Todas las categorías menos “padrino” cómo se percibía el mismo, o padre, cómo lo calificaba Ricardo. Menos aún madre. Los roles de la típica familia nuclear se quedan chicos para las redes de afecto que tejió Ricardo Fort alrededor de sus hijes antes y después de morir. La abuela Marta, ex jugadora de hockey e histórica niñera Marisa López, y Gustavo.

Se habla del vencimiento de la custodia en 9 días, de que estaba mal por eso, como si las paternidades y maternidad no biológicas tuvieran una fecha de caducidad.  ¿Alguien usa esas mismas palabras al hablar de la mayoría de edad de cualquier persona cuando los tutores son biológicos? ¿Cómo calificar un vínculo que es más que una tutoría legal pero que tampoco es una paternidad o maternidad como las conocemos?

***

El custodio del edificio “Sucre Plaza” (en Sucre al 1900) llamó al 911 a las 4.15 de la madrugada. Denunció que una persona había caído desde el piso 21. En ese departamento de la torre de lujo del barrio Belgrano vivía Gustavo Martínez junto a Martita y Felipe. El hombre en el piso era él. Así lo confirmaron agentes de la Comisaría Vecinal 13 A de la Policía de la Ciudad junto a trabajadores del SAME.

La investigación quedó a cargo de Laura Belloqui, de la Fiscalía Nacional Criminal y Correccional 59, quién ordenó la intervención de una brigada de la División Homicidios, una medida de rigor para estos casos. Por ahora la causa está caratulada como averiguación de causales de muerte, aunque las declaraciones que siguieron durante el día apuntan a que se trató de un suicidio. En el departamento no había signos de violencia ni desorden, pero sí un corte en la red de seguridad del balcón.

Apenas se conoció la noticia, desde el círculo de Martínez dijeron que estaba deprimido porque la próxima semana les mellis cumplirían la mayoría de edad y se terminaba la custodia.

***

Ricardo Fort no tenía dudas de que quería ser papá. Para lograrlo fue a una agencia en Los Ángeles para tener hijes por subrogación de vientre. Tuvo varias entrevistas y escribió una carta contando por qué quería ser padre. Las personas gestantes elegían a les aplicantes según su historia. Luego eligió a la donante del óvulo por catálogo por su “idoneidad genética”. Fue un pionero en les “hijes de diseño” de la farándula argentina: Mirko Wiebe, Dionisio Mendoza y Matilda Salazar. A diferencia de quienes lo siguieron, Fort no hizo tapas de revista con sus hijes ni les abrió un instagram. En su reality aparecieron de refilón.

En 2010, Ricardo firmó un poder para que Gustavo Martínez fuera el tutor de Felipe y Martita si él se moría. Sus responsabilidades eran cuidarles, atender a sus necesidades y administrar el dinero mensual que reciben de la empresa. “Yo no cobro un peso, soy sólo el administrador”, dijo Gustavo Martínez más de una vez. Para ubicarnos en el tiempo: ese mismo año el Congreso Nacional aprobó la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina y Mirtha Legrand le hacía una preguntita “delicada” a Roberto Piazza: si en los casos de adopción parte de homosexuales no había riesgo de violación.

En 2011 Ricardo Fort empezó el camino de salir del clóset. Dijo que no era gay pero que “había estado con hombres”. Los medios lo criticaron y lo acusaron de hablar de su sexualidad por conveniencia, como una estrategia para recuperar la fama que había empezado a menguar. Por esa época Fort empezó a mostrar un lado más íntimo y con su salida del clóset también salió Gustavo. En una entrevista en el living de Intrusos, cuando Rial le preguntó si él también era el padre de los chiques, Gustavo respondió:

– No, Papá Gustavo no, porque papá hay uno solo: Ricardo. Eso genera confusión después cuando crecen. Por eso es Padrino Gustavo.

Para Fort era más que eso. Juntos eran una familia:

-Son los hijos de él. Los pensamos juntos, los imaginamos juntos, los soñamos juntos. Para mi era “papá Gustavo” y “papá Ricardo”.

El 25 de noviembre de 2013 Ricardo murió en el Sanatorio de la Trinidad por un paro cardiorespiratorio. Estaba internado por una fractura de fémur y su salud estaba muy deteriorada por la presión que le impuso durante toda su vida, cómo muestra Basta Chicos, el podcast documental sobre la vida de Ricardo Fort producido por Anfibia podcast. Sufría mucho dolor. Y la veía venir. Siempre había dicho que iba a morir joven. Tenía 45 años. 

Gustavo fue quien tuvo que darle la noticia a les mellis. “Ellos siempre hicieron terapia, entonces llamé a la psicóloga y le pregunté: ‘¿Cómo manejo esto?’ y ella me respondió: con la verdad”, dijo en un programa de Mirtha Legrand en 2017. “Le agradezco a Ricardo que haya confiado en mí porque esas dos criaturas son lo que más amo en la vida”,agregó..

En los años que siguieron, mientras una generación de millennials y centennials convertía  las frases de Ricardo en stickers y memes, mientras su imagen se plasmaba en medias, tazas, remeras y todo tipo de parafernalia, Gustavo crió a Felipe y Martita.

***

A diferencia de su ex, Gustavo no construyó una narrativa sobre su historia personal. Cultivó más bien un perfil bajo, y su notoriedad estaba 100% vinculada a la custodia de les mellis. Después de su muerte, como siempre pasa cuando una persona toma visibilidad, de repente todes conocían al personal trainer.

Bruce, un compañero de gimnasio y autopercibido “amigo de toda la vida” se acercó al edificio Sucre Plaza y habló con los medios un buen rato. Tiene el cuerpo trabadísimo y lleno de tatuajes, igual que lo tenían Ricardo y Gustavo. Parado al lado de una verdulería donde cobran 200 pesos por una manzana y dos bananas, aseguró que les mellis lo adoraban y que hace años que tenía problemas con la familia Fort. 

Sobre su salud mental, en la que el tratamiento mediático siempre escarba pero sin problematizar, dijo: “Hace dos, tres, cuatro años que viene con eso. En el último año habrá perdido 12 kilos”. Después aclaró que hace un año que no lo veía. 

¿Qué otros datos armó la narrativa sobre la vida de Gustavo? Que se crió en San Isidro, que tenía un hermano mayor, Claudio. El único porque los otros dos hermanos fallecieron.

Sobre su relación con Ricardo, Gustavo dijo que el diferencial de su vínculo era que él no tenía intenciones en ser mantenido. Eso, y que era mayor que él. “No sé si fui la persona que más amo, no me pongo puntos. Muchas veces a mi me enojaba por la gente que se aprovechaba de él. Y él se enojaba conmigo. Me decía que era su plata. Yo le decía vos tenés hijos boludo”. 

El año pasado Guido Suller habló sobre él: “Pienso que Gustavo fue uno de los pocos que lo amo, desinteresadamente. Por algo le dio la crianza de sus hijos. Lo veo triste, ahora la razón de su vida es la crianza de los chicos. Y cuando ellos sean mayores de edad, que es el año que viene, y desplieguen sus alas y sean libres, no sé qué va a pasar con este muchacho”.

Una década después de la muerte de Ricardo Fort aparecen podcasts y documentales. Su figura se tradujo al lenguaje centennial y quedará en el Olimpo de la farándula argentina para siempre. Mientras tanto, el resto de les mortales seguimos tratando de dilucidar el impacto de Fort, el último gran famoso que parió la televisión argentina. El fin de un imperio.

La muerte de Gustavo Martínez tomó los medios. ¿Con una perspectiva de salud mental y de cuidados? ¿con la delicadeza que implica que hayan dos menores de edad en el medio? Ya quisiéramos. No sabemos cómo era la diaria de Gustavo con les chiques. Eso forma parte del universo íntimo que hoy es carroña mediática. De lo que sí no hay duda es que la irrupción del entramado afectivo de la familia Fort fue un hito.

*Si estás atravesando una crisis emocional o estás preocupado por un familiar o amigo en esta situación podés encontrar ayuda. Centro de Asistencia al suicida: 135 desde Capital y Gran Buenos Aires. (011) 5275-1135 desde todo el territorio nacional.

Ana Nemirovsky