Proceso.-

Con el grito de “¡No debieron morir!” decenas de periodistas, articulistas, editores y fotógrafos de diversos medios, así como defensores de derechos humanos y ciudadanos, exigieron al pie del Ángel de la Independencia detener el embate que ha habido en contra de más de 100 reporteros en todo el país en la última década, la mayoría en lo que va del gobierno de Felipe Calderón.

En la glorieta del símbolo de la Independencia se citaron ayer por la noche los trabajadores de los medios de comunicación como parte de las protestas que se han realizado la última semana, tras la muerte de la corresponsal de la revista Proceso en Xalapa, Regina Martínez, quien fue encontrada en su domicilio muerta, con huellas de tortura y de asfixia.

La protesta silenciosa de los representantes de distintos medios fue también por el asesinato de los tres reporteros veracruzanos Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, cuyos cuerpos desmembrados fueron encontrados el pasado jueves en Boca del Río, junto con el de una mujer, pareja de uno de los periodistas porteños.

La ola de violencia contra los periodistas mexicanos ha sido denunciada internacionalmente por distintas agrupaciones como la ONU, Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras, Artículo 19, Comité de Protección para Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), entre otros, que califican a México como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

A pesar de esta denuncia internacional la cuota de muertes violentas entre los reporteros mexicanos sigue. La organización Reporteros sin Fronteras tiene acreditados 80 periodistas asesinados en los últimos 11 años y 14 desaparecidos. CPJ señala que en el gobierno de Felipe Calderón fueron asesinados 32, en tanto que Artículo 19 acredita que sólo en 2011 hubo 172 casos de amenazas y agresiones a reporteros en México.

Anoche, cientos de velas iluminaron la imagen de muchos de estos periodistas asesinados cuyos nombres fueron mencionados por la reportera Jesusa Cervantes en un homenaje bajo el coro al unísono de “¡No debieron morir!” que lanzaron los fotógrafos, camarógrafos, reporteros y ciudadanos que acudieron al monumento de la capital mexicana exigiendo justicia.

Antes, tras un minuto de silencio, el reportero Álvaro Delgado leyó un comunicado titulado ¡Basta ya de impunidad!, dirigido a Felipe Calderón, a la titular de la PGR, Marisela Morales; al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y al procurador de esa entidad, Felipe Amadeo Flores, denunciando que el asesinato de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez, no es un caso aislado sino parte de una serie de muertes violentas en los últimos dos años en Veracruz, sin tomar en cuenta las tres recientes de este fin de semana.

Con un altavoz prestado por las organizaciones sociales, se leyó este comunicado entregado desde hace varios días a los gobiernos federal y veracruzano, en el que se denuncia que las muertes de los reporteros de esa entidad es también parte de la peor época para el periodismo mexicano, con las decenas de asesinatos y desapariciones.

“De nada han valido los compromisos de palabra ni la creación de fiscalías y leyes para la protección de los periodistas: México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para los informadores”, exclamó el reportero ante los gritos de “¡Ni un muerto más!” lanzado en medio de una llovizna que no desalentó a los periodistas y ciudadanos reunidos alrededor de las velas que se mantuvieron encendidas, alumbrando las fotografías de los compañeros finados.

Posteriormente la periodista Carmen Aristegui leyó otro comunicado emitido por reporteros de Veracruz en el que manifiestan que “es una afrenta intolerable” lo que está ocurriendo en esa entidad, como los asesinatos a Regina Martínez, el pasado 28 de abril, y los tres reporteros Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodríguez, el pasado jueves.

En el acto luctuoso en el que se colocó una corona de flores con la leyenda “Gobierno mataperiodistas” y decenas de velas a sus pies, se informó que se mantendrán las manifestaciones de protesta y de exigencia para que se investiguen los asesinatos de todos los periodistas en el país, sobre todo los últimos en Veracruz.

Entre estas actividades se planteó una manifestación en la residencia presidencial de Los Pinos, para exigir detener la violencia generada por la guerra contra el crimen organizado que ha cobrado la vida de miles de ciudadanos, entre ellos más de 100 periodistas.

Por más de una hora los periodistas se mantuvieron en la glorieta de la avenida Reforma, a la que en muchas ocasiones han acudido a cubrir manifestaciones de protesta por agrupaciones ciudadanas, sindicales, campesinas, indígenas, y a la que ahora acudieron también pero como víctimas de esta violencia, demandando justicia.

Uno de los carteles que portaban en sus manos era más que elocuente: “No se mata la verdad matando a periodistas”.

Foto: El Universal