Fuera FIFA. Protestas anti CopaCosecha Roja.-

Corrupción, fraude, soborno y lavado de dinero: el departamento de Justicia de Estados Unidos imputó a 9 directivos y a 5 ejecutivos por abusar de sus puestos para el beneficio personal y estalló el FIFAGate. Los acusan de conspirar y recibir más de 150 millones de dólares en coimas. El escándalo estalló pocos días antes de las elecciones en la Federación. Pero el show debe continuar: Sepp Blatter -actual presidente- no fue imputado y sigue con su campaña para ser reelecto por quinta vez.

En este video de 13 minutos el comediante estadounidense John Oliver explicó por qué la FIFA no es una “humilde organización sin fines de lucro”. Fue durante la emisión de su programa Last Week Tonight, una semana antes de que comenzara el Mundial Brasil 2014.


En 13 Minutos Este Comentarista Destruye… por renatosatta

Oliver repasó los conflictos en Brasil durante la organización, la forma en que la FIFA eludió y hasta modificó las leyes locales para llevar adelante sus negocios durante la competencia y los cientos de denuncias de corrupción y “sombrío funcionamiento interno” que hubo en contra de la Federación.

– ¿Una organización sin fines de lucro con más de mil millones de dólares en el banco? – le preguntan a Sepp Blatter en una de las imágenes de archivo.

– Sí, pero es una reserva – responde.

“¡¿Una reserva?! Cuando un fondo de emergencia es tan grande que tienes que comprobar si hay dibujitos de patos nadando, puede que ya no sea una organización sin fines de lucro”, concluye Oliver.

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Seis de los responsables estaban en Zurich por un congreso de la FIFA. Los oficiales de la Policía Cantonal llegaron a la madrugada del martes al hotel, presentaron la orden judicial y el la recepción les dieron las llaves de las habitaciones. A la mañana, la Justicia estadounidense ordenó allanar las oficinas de la Concacaf (Confederación de Fútbol del Norte, Centroamérica y el Caribe) en Miami para juntar información.

Los dirigentes detenidos con pedido de extradición a Estados Unidos son el uruguayo Eugenio Figueredo (vicepresidente de la FIFA); Jeffrey Webb, de las Islas Caimán; el brasileño José María Marín, el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el venezolano Rafael Esquivel y el británico Costas Takkas. Los empresarios involucrados son el estadounidense Aaron Davidson -presidente de Traffic Sports USA- y el brasileño José Margulies -Valente y Somerton-.

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Durante junio del año pasado el clima mundialista penetró todos los poros de Brasil. Cuando todas las luces apuntaban hacia el mismo punto del mapa, apareció el lado B: la política de la FIFA. Ya lo había dicho Diego Maradona: “la multinacional se está comiendo la pelota”. Lo mismo había pasado en Sudáfrica y Alemania. Y va a pasar en Rusia en 2018. “La FIFA impone un estado de excepción y presiona para que se violen derechos”, dijo entonces a Cosecha Roja Felipe Altenfelder, de Midia Ninja, un medio de comunicación independiente y autogestionado que cubrió las protestas a través de las redes sociales.

Se refería a la ocupación del espacio público, a la prohibición de poner pantallas en las calles para que todos y todas vean el mundial, a la regulación de la venta ambulante por la que pierden los comerciantes más humildes, a los desalojos en las favelas desde que se supo que serían sede del mundial de fútbol y de las Olimpíadas y a la represión social. “Las resoluciones de la FIFA ponen al Estado contra la población y presionan para que cualquier manifestación democrática sea reprimida”, dijo Altenfelder.

Foto: Media Ninja