El Tribuno.

Un joven que dijo ser sacerdote católico con residencia en Tartagal, fue sorprendido ayer cuando intentaba ingresar, desde la República de Bolivia, un cargamento de tres kilogramos de cocaína de máxima pureza, oculto en un bolso con prendas de vestir, en donde también portaba elementos propios de su culto.

El narcotraficante, fue detenido en el control fijo de Caraparí, sobre la ruta 34, al sur de la fronteriza ciudad de Salvador Mazza. El sujeto se desplazaba en un automóvil particular y vestía de civil. Llamativamente, sobre la droga que transportaba en su equipaje, se encontró una serie de elementos religiosos: una biblia y crucifijos de grandes dimensiones y otros objetos propios de quien oficia misas. “Soy sacerdote”, dijo el hombre cuando los gendarmes se aprestaban a revisar su vehículo.

“Yo lo conozco, es un cura de Tartagal”, dijo un testigo, pero la versión no pudo ser confirmada.

Fuentes de la fuerza de control de fronteras, confirmaron el procedimiento pero no proporcionaron más detalles. “La información ahora solo se canaliza desde Buenos Aires por disposición de la ministra de Seguridad, Nilda Garré”, dijo un uniformado. En el Juzgado Federal de Orán aseguraron anoche que el informe preventivo del procedimiento, no había sido girado desde Gendarmería Nacional al magistrado competente, Raúl Juan Reynoso.