femicidaelesquiCosecha Roja.-

Damián ‘Bebe’ Cano está condenado por femicidio porque en 2013 mató a la suegra. Ahora lo juzgan por la muerte de María Eugenia Rojas, una psicóloga que apareció apuñalada dos meses antes del crimen de Susana Aguilar. En ambos casos el hombre incendió las casas de las mujeres para borrar rastros. Durante la instrucción de la causa confesó el asesinato pero hoy se negó a declarar en el juicio oral y público.

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Habían pasado apenas unos minutos del martes 29 de diciembre cuando los vecinos del edificio de la calle Virgen del Valle al 100, en San Fernando del Valle de Catamarca, notaron el humo que salía del 1 D. Al rato llegaron los bomberos y tumbaron la puerta. Adentro, María Eugenia Rojas, de 31 años, psicóloga, hija de un funcionario del Ministerio de Producción y de una docente de la Universidad Nacional de Catamarca, estaba muerta sobre su cama.

Al principio los investigadores creyeron que era un suicidio pero luego de los primeros peritajes la hipótesis perdió fuerza. El cuerpo de María estaba boca arriba sobre las tablas de la cama envuelta en una sábana y debajo del colchón. El asesino había iniciado el fuego con la intención de borrar sus rastros. La autopsia reveló que la joven fue asesinada de dos puñaladas. Durante la audiencia de hoy el médico forense Sergio Andrada dijo que la primera puñalada que Bebe le dio a María Eugenia la inmovilizó. Después le hizo otras dos heridas “no tan graves” y una última mortal.

Cuando la encontraron, María todavía tenía el cuchillo clavado a más de 30 centímetros de profundidad. Tenía golpes en la cabeza y cortes en el cuello, el pecho y los hombros. Su cara estaba desfigurada por el fuego. El asesino había sido puntilloso: además de la sábana que envolvía el cuerpo, había puesto una alfombra alrededor de sus pies.

María Eugenia era metódica. Se pasaba 2 horas por día en el gimnasio de la cuadra. La gente del lugar se extrañó el martes con su faltazo. En la escena del crimen encontraron elementos que descartan el robo: la cerradura no estaba forzada y todos los ahorros de María seguían escondidos en una bota de cuero dentro del placard. Una botella de cerveza vacía sobrevivió al fuego.

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El 31 de marzo encontraron el cuerpo de Susana Aguilar después de un incendio: era la mamá de la pareja de ‘Bebe’. Él mismo confesó el crimen. En diciembre le dieron perpetua y mientras estaba detenido admitió haber matado a la psicóloga. Los investigadores le tomaron muestras de ADN y lo cotejaron con los rastros de la escena del crimen -una botella de gaseosa, colillas de cigarrillos y un preservativo abierto pero sin usar-. Los resultados dieron positivo.

En los últimos tres años once mujeres murieron en manos de varones en Catamarca, según datos de La Casa del Encuentro. El de ‘Bebe’ es el tercer juicio oral por femicidio en la provincia. Los primeros fueron Marí­a Rita Valdez -descuartizada junto al dique El Jumeal en marzo de 2013- y Keila Reynoso -violada y estrangulada en diciembre del mismo año en Fiambalá-. Si lo condenan, podría ser el primer homicida con doble perpetua de la provincia.

Foto: El Esquiú