luis-el-gordo-valorCosecha Roja.-

Lo persiguieron por San Miguel. Le cruzaron la camioneta de la policía pero los esquivó. Se sumaron dos móviles más y doblaron con él por una calle pequeña hasta que lo detuvieron en otra sin salida. Lo bajaron del auto a los golpes junto a su acompañante y lo dejaron con la cabeza rota. Así atraparon a Luis “el Gordo” Valor el domingo a la mañana. En la camioneta encontraron cuatro armas de fuego: un revólver Tiver calibre 32 largo, una Sig Sauer 9 milímetros y dos Bersa (una calibre 380 y otra 40).

Según fuentes judiciales, desde hacía días que perseguían por una causa de secuestro extorsivo a quien usaba cotidianamente la Kangoo gris, una tercera persona que no estaba adentro del auto ese día. El sábado la habían perdido de vista, pero el domingo los móviles de la Policía Comunitaria lo interceptaron por la información de las cámaras de seguridad de San Miguel. Adentro estaban Valor y Gustavo Benítez.

Gustavo Semorile, el abogado del conocido delincuente de los ´90, dijo a Cosecha Roja que su defendido hoy se negó a declarar en las fiscalías de Malvinas Argentinas y que buscarán que esta semana declare en otra fiscalía. Está detenido en la Unidad 21 de Campana.

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Había sido liberado por el juez de Ejecución Penal de San Isidro, Alejandro David, el 1 de mayo. Le otorgaron la libertad asistida porque había cumplido los dos tercios de una condena de siete años por un robo en un country de Pablo Nogués en 2009. Además de ser monitoreado por el Servicio Penitenciario Bonaerense a través de una pulsera, el ladrón retirado de 60 años no podía tomar alcohol, salir de noche ni juntarse con “malas compañías”.

Es el ex líder de la superbanda que en los años noventa robaba camiones y blindados. Volvió a su casa la madrugada y su esposa Nancy lo esperaba con un plato de ñoquis y una bolsa de agua caliente para la cama. “Lo amo, es el ser más dulce que conocí en mi vida”, confiesa ella. En las malas, no hace mucho, tuvo que salir a limpiar casas por hora y vender cosméticos. Nada quedaba del botín de su marido. La plata se esfumó.

–A la gorda le debo todo. Dio la vida por mí, se peleó a sopapos y arañazos por mí. Es una leona que nunca dejó de visitarme. Espero disfrutar todo este tiempo con ella. Estamos mal porque murió su madre. Yo la adoraba porque me daba consejos para que yo hiciera el bien.

Odiado y amado por sus ex compañeros, Valor dijo haber robado más de 50 bancos y blindados. En 1994 protagonizó la histórica fuga del penal de Devoto: junto a otros presos, entre ellos Hugo “La Garza Sosa”, su lugarteniente, saltaron un muro. Pasó 13 años a la sombra, hasta que el 6 de diciembre de 2006 lo liberaron. Volvió a caer dos años y medio después por el robo en el country.

En el submundo del hampa no son pocos los que le quitan méritos delincuenciales al Gordo Valor. Dicen que fue inflado por la Maldita Policía del Chorizo Mario Rodríguez. “Necesitaban un peso pesado y le colgaron el cartelito a él. Pero el Gordo era uno más. No sabía usar las armas”, cuenta un ex miembro de la superbanda que formó parte en la época de “Tato” Ruiz, el primer caudillo. Para otro delincuente, Valor es un invento: “Es más, siempre se dijo que en Entre Ríos llegó a ser cana”.

 

[Leé la crónica de Rodolfo Palacios de cuando el Gordo Valor salió en libertad]