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Mientras el presidente Porfirio Lobo valora como una “gran hipocresía” la calificación del informe atribuido al Departamento de Estado de los Estados Unidos, que ubica a Honduras como un “aeropuerto de la mafia”, el fiscal adjunto, Roy Urtecho, aseguró que ha llegado el momento de debatir la oficialización del derribamiento de “narcoavionetas”.

Poco antes, el Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras (Conadeh), Ramón Custodio, había adelantado el derribamiento de aviones. “La depuración de la Policía ya está en marcha y la misma se ve reflejada en la captura constante de bandas del crimen organizado y el derribo de narco-avionetas”, manifestó en una oportunidad.

El Ombudsman hondureño dijo entonces que “la depuración policial ya está en marcha y se puede ver como hay captura de bandas de secuestradores, hay captura de armamentos, uniformes, hay avionetas derribadas y se está haciendo respetar el espacio aéreo de este país”.
Se allana el camino
Posteriormente el Comisionado de Derechos Humanos publicó los resultados de una encuesta en la cual se revelaba que tres cuartas partes de los hondureños están de acuerdo con el derribo de “narcoavionetas”, como una medida para defender la soberanía.
La encuesta hecha por la firma Borge y Asociados, a petición del organismo humanitario, sobre una muestra de 840 entrevistas con un nivel de confianza del 95%, detalla que el 73.5% de los hondureños estarían de acuerdo con que se derriben las avionetas que no se quieran identificar y que violan la soberanía hondureña.

En Honduras, la lucha contra las drogas se ha recrudecido con una mayor participación de estadounidenses, en cuyas operaciones se han reportado muertos a manos de la DEA (Departamento Antidrogas de Estados Unidos).