Las violencias vinculadas al narcotráfico en México han inaugurado una zona fronteriza, un orden abierto a la  definición constante, un espacio de disputas entre regímenes de interpretación y producción de sentido. Estas violencias constituyen un “pasillo”, un “vestíbulo”, entre un orden colapsado y un orden que todavía “no es” pero  que está siendo. De ahí su enorme poder fundante y su ligereza simultánea.

Bajo este supuesto, la doctora en Ciencias Sociales Rossana Reguillo publicó en la revista Desacato un análisis que contempla dos dimensiones o anclajes: la relación de estas violencias con los mundos juveniles y la configuración de las gramáticas de la violencia, cuyas figuras impregnan el espacio público y contribuyen a expandir el miedo.

Fotografía: Juan Carlos Cruz. 

 

Descargar artículo completo en PDF.