Diego Lereah2Claudia Córdova está presa hace más de dos años. La acusaron por tenencia de cocaína e intento de comercialización, la condenaron en mayo a cinco años de cárcel y le agravaron la pena por ser peruana y travesti. La defensa apeló el fallo “aleccionador y transfóbico” y el jueves ampliará los fundamentos ante la Cámara de Casación. “Claudia lleva dos años presa en su domicilio por un delito que no cometió, ya tiene cumplido el tiempo mínimo. La queremos en libertad”, dijo a Cosecha Roja la abogada Josefina Rodrigo.

Según Rodrigo, el pedido de audiencia a Casación es estratégico: “Queremos visibilizar este y otros casos de chicas acusadas por delitos que no cometieron, por su condición sexual y extranjera. Esperamos que se expida porque hay un montón de chicas en la misma situación”. El fallo sentará precedentes para futuras condenas.

El 10 de mayo, el juez Juan José Ruiz se basó en la Constitución Nacional para no aplicar la “igualdad ante la ley”. Usó frases del Preámbulo y del artículo 21 para sostener que su decisión de agravar el delito por la condición de extranjera no es xenófoba. Según citó el magistrado, “se podrá restringir, limitar, y gravar la entrada y permanencia de aquellos extranjeros que en vez de venir a labrar la tierra, esto es a trabajar, vengan robar; en vez de venir a mejorar las industrias, vengan a fabricar y traficar con el veneno (droga); en vez de venir a instruir y enseñar, vengan a asesinar y violar, porque con tales actos, no se afianza la justicia, no se consolida la paz interior ni la unión nacional”.

El caso tuvo mucha resonancia por lo “paradigmático el delito, su condición de extranjera y sexual. Que sea una chica trans evidentemente no es lo mismo para la justicia”. Ahora, la justicia “tiene la oportunidad de dar un fallo ejemplificador y declarar nula la sentencia, absolver a Claudia o hacer alguna mención sobre las barbaridades que dijo el juez”, explicó la abogada.

Claudia Córdova llegó a La Plata hace cinco años. Participaba con otras chicas peruanas de los encuentros de Otrans. Nunca terminó el secundario y, si hubiera conseguido un trabajo formal, hubiese dejado la prostitución. La noche en que la detuvieron, llevaba 1,6 gramos de cocaína. Su abogada explicó que la dosis mínima indicaba que sólo era para consumo personal, que la policía acusa a algunas chicas de vender y les arma causas pero que no hay pruebas de que Claudia sea una de ellas. La condena es parte de la “mirada prejuiciosa de la justicia sobre las mujeres travestis, pobres y peruanas”.

Foto: Diego Lereah