Angelesrsawson

Cosecha Roja -.

Quince fracturas de costillas y doble fisura en la clavícula derecha. Así estaba Ángeles Rawson cuando la encontraron en el Ceamse de José León Suárez. Héctor Konopka, el médico forense que realizó la autopsia, determinó que no fue abusada sexualmente y que murió por la presión de las máquinas compactadoras. Pero según el perito Jorge Quiroga, que integró la junta médica que la autopsia, la muerte fue por asfixia manual y hubo intento de violación. Los dos declararon hoy ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº9 en una nueva audiencia del juicio por el crimen que tiene como único imputado a Jorge Mangeri.

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-¿Usted fuma?, le preguntó el abogado querellante Pablo Lanusse.

-Sí, le respondió Héctor Kanopka.

-¿En la autopsia usted fuma?

-No creo.

El vídeo de la autopsia muestra al perito fumando, sin guantes y a un metro del cuerpo de Ángeles Rawson. El asistente Alejandro Vega hizo el procedimiento mientras el médico forense lo miraba. Según la declaración de Kanopka, el auxiliar realizó los cortes y acercó materiales, no diagnosticó y no tuvo poder de decisión. Las respuestas del perito no convencieron al tribunal. El presidente Fernando Ramírez le preguntó si había tocado el cuerpo de la adolescente. “Sí”, respondió el testigo.

La junta médica integrada por Quiroga se organizó un mes después del entierro de la adolescente. No hicieron una nueva autopsia, revisaron las fotos del procedimiento y sacaron conclusiones diferentes. Kanopka dijo que Ángeles agonizó durante doce horas por la falta de oxígeno y la presión del tórax. Para la junta médica la adolescente tuvo una muerte rápida: Mangeri le tapó la boca y le apretó el cuello con la mano hasta asfixiarla.

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El cuerpo de Ángeles Rawson pasó del contenedor al camión compactador y a la planta del Ceamse de José León Suárez. De ahí el recorrido es el mismo que la basura: pasa por un piletón enorme, un rodillo y dos cintas transportadoras. Por cuestiones azarosas, unos cuantos kilos de basura -entre los que estaba la adolescente- llegaron a la estación de reciclaje Nº3 el 11 de junio de 2013. Para Kanopka Ángeles agonizó durante horas aplastada por las máquinas: “Se trata de una asfixia provocada por una gran presión del tórax en las que hubo fracturas múltiples en costillas y en la clavícula derecha”. El cadáver estaba muy lesionado como para identificar cualquier signo de abuso sexual.

“La víctima estaba muerta en el momento de entrar a la primera máquina compactadora”. Quiroga dijo que a Ángeles la asfixiaron con una mano y con la otra le taparon la boca. El cuello tenía un moretón que se produjo por la presión del pulgar y la boca tenía lesiones por la presión contra los dientes. En la parte de atrás de la cabeza tenía una “bolita” de sangre coagulada de golpearse contra el suelo y las muñecas estaban violetas. “Cuando le pusieron la bolsa en la cabeza ya había muerto”, dijo.

Para el médico cuando una mujer muere por estrangulamiento es posible que sea un caso de violación: “Ángeles tenía moretones en la parte interna de los muslos”. La adolescente estaba en el suelo y logró lastimarle las piernas y los tobillos con su mano hábil. La semana pasada el perito declaró sobre las lesiones disfrazadas del encargado y dijo no tenía rasguños en la espalda porque no llegaba a herirlo. Fue el peso de Mangeri el que le fracturó las costillas y las clavículas, no la compresión de las máquinas del Ceamse porque los órganos “tendrían que haber estado llenos de sangre”, dijo Quiroga.