Semana.-

La increíble historia de una mujer que fue violada, baleada y tras un paro cardíaco sigue luchando por su vida en estado de coma. Relato de terror y ganas de vivir.

Como un preludio terrible, la tragedia que sufrió Tatiana Lloreda García ocurrió el viernes 13 de abril. Eran las 4:15 de la madrugada, el sol aún no asomaba y la noche se adueñaba de cada esquina, cada rincón, cada calle desolada del barrio Calimío al norte de Cali.

A esa hora Tatiana culminó una noche de rumba con sus amigos a quienes fue dejando en el camino hacia su casa. Pero a escasas cuadras de su vivienda la muerte se apareció oliendo a licor y armada. Ese espanto al que ella describe como “un hombre mono”, la encañonó con un revólver y la arrastró hasta lo profundo del puente donde la sometió a toda clase de vejámenes.

“Me obligó a hacer las cosas más sucias y aberrantes que se pueda imaginar. Me amenazaba constantemente con el arma y decía que abriera la boca para meter la pistola ahí. Sentía mucho miedo”, relató Tatiana al diario Q´hubo que en su momento publicó la historia.

Su mamá, Janeth García, le dijo a SEMANA que su hija Tatiana le contó que el violador le introdujo el revólver en sus genitales y le gritaba asquerosidades, “si existiera la silla eléctrica, es lo mínimo que le deseo a ese hombre”.

Cuando terminó de ultrajarla le dijo que se arrodillara y contara hasta 50; Tatiana medio consciente cumplió la orden de su victimario no para contar sino para orar e invocar a su abuelo recién muerto.

Quizás por ello no se enteró que cuando trató de incorporarse y salir del caño que el hombre que la violó aún estaba con ella en el puente y fue entonces cuando le descargó su arma, “Tenía varios huecos en mi cuerpo, yo me los tapaba con las manos y me salía sangre”, relató en su momento la jovencita manicurista, hincha del América y amante de las baladas.

En total cuatro balas penetraron el cuerpo de Tatiana; tres de ellas en el abdomen y una le atravesó el pecho, muy cerca al corazón. Milagrosamente la jovencita que el pasado 30 de mayo cumplió 31años, está con vida y hoy su lucha es contra una infección en el pulmón y un paro cardíaco de doce minutos que la dejó en coma.

Su estado de salud empeoró el 29 de abril cuando debió ser entubada para drenar uno de sus pulmones infectados; posteriormente el 7 de mayo sufrió el paro cardíaco y desde entonces se encuentra en estado de coma.

“Mi muchacha saldrá de esta. No iba a pasar por semejante drama para que finalmente la mate una infección que no le cuidaron en el hospital”, dijo Janeth, la mamá que sagradamente monta dos horas diarias en bus para visitarla en la clínica Rey David.

La señora García recuerda que los primeros días de su hija en el hospital fueron difíciles porque estaba atemorizada y veía al violador por todos lados, “debí comprarle un celular para llamarla a cada instante”, dijo a esta revista tras recordar que irónicamente su hija se enamoró de una nueva balada llamada ‘Un Día de Suerte’, de Alejandra Guzmán.

Y es que en efecto Tatiana sobrevivió a la violación y los balazos, pero al parecer no fue capaz con la aparente cadena de errores en su atención médica.

Según la familia, en el hospital nunca la tuvieron en una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, porque sencillamente no había “y cuando logramos el traslado hacia otra clínica nos la retuvieron porque había que pagar primero una cuenta de 680.000 pesos”, dijo su padrastro Orlando Sánchez.

Otra denuncia que hace la familia es la presunta falta de interés de las autoridades por hallar y castigar al hombre que violó a Tatiana. “Ella estuvo lúcida casi 15 días en el hospital y durante ese tiempo ningún investigador le tomó declaración o pidió un retrato hablado del atacante”, explicó doña Janeth.

Desde la Fiscalía explican que en efecto el caso se encuentra a cargo de un fiscal de Vida y que las diligencias no se han desarrollado a fondo por el estado de salud de la víctima. Sin embargo, hasta el momento nadie ha podido explicar por qué no existe un retrato hablado del atacante o por qué nadie habló con Tatiana durante las dos semanas que estuvo lúcida en el hospital, desde donde incluso narró su drama a la prensa.

Este caso es quizás la radiografía más dolorosa del drama posterior que padecen las mujeres víctimas de violaciones; pero también sirve para mostrar que no todas se dan por vencidas y como dice la balada ‘Un día de suerte’ que enamoró a Tatiana, “tengo un pobre corazón que a veces se rompió, se apagó, pero nunca se rindió”.