Sin Embargo.-

Martha Sánchez Soler, coordinadora de la caravana “Liberando la Esperanza”, señaló que en México han desaparecido un número indeterminado de entre 70 mil a 120 mil migrantes en su paso por México en los últimos años.

La también presidenta del movimiento migratorio mesoamericano destacó además que la desaparición de personas que utilizan como ruta México para llegar a Estados Unidos, en su gran mayoría se debe a que son presas del narcotráfico, de grupos delictivos que operan y que los extorsionan.

La caravana de madres de migrantes centroamericanos, que se encuentran en calidad de desaparecidos, arribó esta tarde a Reynosa procedente del puerto de Tampico, en su búsqueda de datos o informes que les permitan tener una esperanza de encontrar a sus familiares.

Las mujeres reconocieron que aunque este tipo de viajes son caros y riesgosos, continuarán realizándolos y reconoció que los resultados son pocos en comparación con el número de desaparecidos.

Señaló que aunque no hay estadísticas oficiales, de acuerdo con datos proporcionados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otras organizaciones, se desprende que del 2006 a la fecha han desaparecido entre 70 y 120 mil personas en su tránsito por México.

Indicó que el primer lugar en personas desaparecidas lo ocupa Honduras, seguida por el Salvador, Nicaragua y Guatemala, aunque en menor porcentaje existen otras nacionalidades como Perú y Brasil.

Dijo que las madres de los migrantes desaparecidos empezaron a venir a territorio Mexicano por su propio pie desde 1979, utilizando recursos propios y en condiciones muy precarias que les permitían llegar solo al sur del país.

Recordó que tras un recorrido por Centroamérica, los integrantes de la coordinación del movimiento migratorio mesoamericano descubrieron al grupo de mujeres, por lo que desde el año 2006 empezaron a apoyarlas en su búsqueda.

Indicó que en su primer viaje, sólo incursionaron al estado de Oaxaca y posteriormente se adentraron hasta llegar a Veracruz y en el año 2010 ingresaron a Puerto Vallarta al Congreso de Migración que concentraba autoridades migratorias de todo el mundo.

Mencionó que el año pasado conmemoraron el Día de Muertos en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, lugar que bendijeron.

La coordinadora de la Caravana señaló que en sus recorridos no buscan encontrarse con autoridades de gobierno y prefieren llegar a albergues o casas que asisten a migrantes, Ceresos, instalaciones del Servicio Médico Forense de cada ciudad, o donde puedan obtener datos o pista sobre sus familiares.

Refirió que en esta ocasión sí solicitaron el apoyo del gobierno de Tamaulipas tras considerar que es un estado de alto riesgo y que requerían la protección para poder ingresar y transitar por sus carreteras.
“No nos hemos reunido con el gobierno de Tamaulipas, sólo con el Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, pero no podíamos entrar a este estado sin el apoyo de las autoridades, teníamos que ingresar blindados pues teníamos temor por la peligro del terreno, así que necesitábamos entrar arropados”, dijo.

Señaló que a lo largo de sus caravanas han podido localizar a una 100 personas y que un número indeterminado de migrantes ha logrado establecer comunicación con sus familiares.

Explicó que es difícil para los migrantes centroamericanos lograr la comunicación a sus lugares de origen, pues de acuerdo con versiones de quienes lo han logrado, les indican que han sido despojados de dinero, documentos, ropa y todo lo que portaban.

Mencionó que este año, gracias al auspicio de la organización de origen alemán “Médico International” lograron rentar dos autobuses, en los que recorrerán 23 ciudades de 14 estados mexicanos, a través de cuatro mil 600 kilómetros en 19 días que establece la ruta.

Lamentó que en Tamaulipas no hayan tenido éxito en su búsqueda, pues dijo que al menos unas seis madres de la caravana aseguran que el último punto donde sus familiares mantuvieron comunicación con ellas fue en esta entidad.

Finalmente, dijo que el número de madres que tienen un hijo desaparecido es mayor a las que pudieron venir, ante la falta de dinero y recursos que les impide que salgan a buscarlos, aunque viven añorando recibir una llamada o mensaje de su seres queridos o al menos conocer su paradero o si se encuentran vivos o muertos.

El contingente de la caravana realizó una caminata hasta la Cruz del migrante, que se localiza en las márgenes del río Bravo, en memoria de aquellos que en su anhelo por cruzar a Estados Unidos han muerto en el intento.