¿Hacía cuánto que no veíamos una escena así? El Congreso militarizado, el olor a gas lacrimógeno haciendo el aire irrespirable, las balas de goma, los carros hidrantes. Los más jóvenes -los que no vivieron el 2001 en carne propia, por ejemplo- no tenían hasta hace poco registro físico de que lo que pasa hoy: por protestar podés ir preso, te pueden golpear, tirar gases. Y hasta matar.
El clima de época empezó a cambiar el 22 de diciembre de 2015: ese día Gendarmería reprimió una manifestación de trabajadores de Cresta Roja. Desde entonces, y durante estos dos años, hubo 111 hechos represivos contra conflictos sociales. Uno cada siete días.
Ayer y hoy les tocó a las miles de manifestantes que llegaron al Congreso para repudiar la reforma de la ley previsional. Gendarmería y Prefectura contestaron con palazos, carros hidrantes, gas pimienta y perros. Hubo detenidos y heridos, entre ellos varios diputados nacionales.
Una nueva generación aprendió a salir a la calle con miedo. O con cuidados que parecían de otras épocas. Antes de la movilización circularon en las redes consejos para movilizarse: llevar DNI, limón y pañuelos por si tiran gases, números de teléfonos de abogados, etc. Y hubo decenas, cientos de posteos de gente que hablaba de miedo, de tener cuidado. La militarización de la protesta ya está en el kilómetro cero: las puertas mismas del Congreso.
Pero si lo de hoy fue un salto, el sur del país fue el globo de ensayo, el punto más alto de la escalada. Santiago Maldonado murió ahogado tras una represión de Gendarmería. Rafael Nahuel fue asesinado por la espalda por una bala del Grupo Albatros.
Antes, seis militantes de #NiUnaMenos, varias de ellas lesbianas, fueron procesadas por hacer una pintada el 7 de marzo, un día antes del paro de mujeres, y otras 20 mujeres fueron detenidas después de marchar, cuando terminaban de cenar en las pizzerías del centro.
Según datos del informe “La represión de la protesta socio-laboral en los dos primeros años de Cambiemos” del Centro de Economía Política Argentina, entre enero de 2016 y noviembre de 2017 hubo 354 manifestantes detenidos y 328 heridos. Casi uno de cada tres operativos represivos estuvieron a cargo de las fuerzas que responden a Patricia Bullrich. En los últimos meses esa violencia creció de forma desmedida: en cuatro meses dos personas murieron en contexto de represión de la protesta y más de 20 resultaron heridos.
La primera vez
La primera represión de las fuerzas federales durante el gobierno de Cambiemos fue apenas 11 días después de la asunción de Mauricio Macri como presidente y Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad. Durante tres días los trabajadores de Cresta Roja mantuvieron un corte parcial en la autopista Ricchieri en reclamo por el pago atrasado de salarios. La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, dijo que el gobierno provincial iba a apoyar a los trabajadores. Pero la respuesta estatal llegó de parte de Gendarmería: el 23 de diciembre avanzaron con carros hidrantes y dispararon balas de goma contra los trabajadores.
Veinte días después, efectivos de Infantería de la Bonaerense dispararon balas de goma y lanzaron gases lacrimógenos a un grupo de manifestantes frente a la Municipalidad de La Plata. El saldo: una mujer herida. Durante ese mes, las policías de Salta, Río Negro y de la Ciudad de Buenos Aires reprimieron a manifestantes y trabajadores informales. En total hubo un herido y 20 detenidos.
La murga del Bajo Flores
El 29 de enero de 2016, la murga Los Auténticos Reyes del Ritmo ensayaba en la villa 1-11-14 para el carnaval. Cerca de las 21 llegó una grúa de la Policía Federal y dos patrulleros de Gendarmería Nacional: querían ingresar al barrio a buscar dos vehículos. Una de las camionetas avanzó hacia los murgueros.
– Esperá un cachito que hay muchos pibes – dijo el director del grupo, Gustavo “Marola” González, al conductor de uno de los vehículos.
El auto avanzó disparando balas de goma: un chico de ocho años, un adolescente de catorce y tres adultos resultaron heridos. Funcionarios del gobierno dijeron que no había constancia de que hubiera existido la murga y negaron que hubiera habido chicos heridos. Bullrich defendió públicamente el accionar de Gendarmería y visitó a en el hospital a dos agentes que resultaron heridos. En septiembre de 2017, el juez Jorge Anselmo De Santo procesó a seis de los doce gendarmes que participaron del operativo.
Discurso presidencial
El 1 de marzo de 2016 Macri dio su primer discurso de apertura de sesiones del Congreso Nacional ante la Asamblea Legislativa. Afuera, trabajadores bancarios protestaban por los despidos en el Banco Central. La Policía Federal les impidió llegar hasta el Congreso: les tiraron gas pimienta, les pegaron palazos y dispararon con balas de goma. Ocho trabajadores resultaron heridos.
Gendarmería volvió a actuar en junio de ese año. En la autopista Ricchieri, en Ezeiza reprimieron con carros hidrantes a trabajadores de la empresa Mascardi que reclamaban por despidos y descuentos ilegales y apoyaban un reclamo laboral y salarial de trabajadores de la empresa Securitas Argentina.
El Día de la Bandera
Durante los actos oficiales del 20 de junio por el Día de la Bandera Gendarmería volvió a reprimir. Esta vez a manifestantes que se acercaron al Monumento a la Bandera, en Rosario, para reclamarle al presidente Macri por los tarifazos.
“Tiraban para todos lados con los bastones, a mi me pegaron en la cabeza y en la mano cuando traté de cubrirme para que no me siguieran pegando”, contó el diputado provincial del Movimiento Evita Eduardo Toniolli, uno de los heridos.
Gendarmería otra vez
Dos meses después del operativo en Rosario Gendarmería y Prefectura atacaron a jubilados que cortaban el puente Pueyrredón en reclamo de aumento de las jubilaciones.
El 24 de agosto, la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) Aníbal Verón y otras organizaciones sociales cortaron la Autopista Buenos Aires – La Plata a la altura de Dock Sud en reclamo por puestos de trabajo y aumento de presupuesto para programas sociales. Uno de los jefes del operativo –realizado en conjunto entre Gendarmería y la Bonaerense- se acercó a dialogar con los manifestantes y les preguntó hasta qué hora iban a estar.
– Hasta las 15 –contestaron los manifestantes.
A las 14.40 avanzó la infantería con camiones hidrantes y disparando balas de goma.
Un mes después Gendarmería reprimió a los trabajadores de la Panificadora Bimbo que realizaban un corte en la planta de Pilar en reclamo por la reincorporación de los trabajadores despedidos.
“Empezá a correr”
En septiembre del 2016, Ezequiel Villanueva Moya e Iván Navarro, de 15 y 18 años e integrantes de la Garganta Poderosa, fueron secuestrados y torturados por efectivos de Prefectura en la Villa 21 de la Ciudad de Buenos Aires. Los jóvenes denunciaron que una decena de prefectos los golpearon, los amenazaron con armas y tiros al aire y que, además de robarles la ropa, simularon fusilarlos.
Diez días después, Iván participó de un programa de televisión donde contó lo que había sufrido. Cuando volvió a la Villa 21 vio cómo dos prefectos golpeaban a un pibe contra la pared de la Casa de la Cultura.
– ¿Qué mirás? –le dijo a uno de los Prefectos a Iván.
– Nada, pero no le hagas nada al pibe, porque yo los denuncié.
– ¿Así que fuiste vos, pedazo de hijo de puta? Empezá a correr.
Un prefecto lo persiguió a Iván hasta la casa. “Si no corría, lo mataban. Y si lo mataban, no lo contaba nunca más”, denunció la Garganta Poderosa en un comunicado.
Gendarmería, una vez más
Gendarmería, la fuerza de choque preferida de la ministra Bullrich, volvió a actuar el 30 de septiembre de 2016 en un corte de ruta a 6km de la ciudad de Malargüe, en Mendoza. Diecisiete días después, la misma fuerza intervino en un operativo conjunto con la Policía Bonaerense en una manifestación de empleados de comercio frente a un supermercado Coto en Quilmes. Los trabajadores se movilizaron en repudio al despido de diez empleados que habían participado en una protesta anterior. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma. Hubo varios heridos.
A través de los altoparlantes, el 6 de abril de 2017 los efectivos de Gendarmería advirtieron a los manifestantes del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que cortaban la ruta en el cruce de Panamericana y Ruta 197, en el partido bonaerense de Tigre, que si no se retiraban iban a desalojar el corte por la fuerza. Un rato después avanzaron los carros hidrantes: hubo corridas, golpes, empujones y gases lacrimógenos. Seis manifestantes fueron detenidos.
Razzia en el Paro de Mujeres
La marcha del 8 de marzo por el Paro de Mujeres terminó sin incidentes. Dos horas después, cuando algunas cenaban en pizzerías de la zona y otras volvían a sus casas, comenzó la razzia: 20 mujeres y cuatro varones fueron detenidos. Cuatro personas terminaron internadas en el Hospital Argerich.
Del relato de las personas detenidas surgió que algunas habían salido de una pizzería, otras estaban en una parada de colectivo y otras tomando fotos y videos con los teléfonos celulares. Los videos demostraron que las personas no se resistieron y fueron atacadas por la policía, algunos de ellos de civil y sin identificación. Una estudiante de Haedo, que iba por primera vez a la marcha, recibió en la pierna tres heridas de bala de goma que provinieron desde adentro de la Catedral de Buenos Aires.
Palos a los docentes
Los caños de hierro en la plaza frente al Congreso de la Nación empezaron a llegar a las diez de la mañana del 9 de abril. El objetivo: armar una escuela itinerante donde los maestros de la educación pública harían actividades abiertas para visibilizar sus demandas laborales.
A las siete de la tarde una fila de policías de la Ciudad avanzó a bastonazos contra los docentes. No usaron gas lacrimógeno: esta vez atacaron con gas pimienta. Hubo cuatro detenidos y más de 50 heridos.
A la caza del Mapuche: las muertes de Santiago y Rafael
El 10 de enero, el juez federal de Esquel Guido Otranto ordenó liberar el corte que realizó la Pu Lof en Resistencia de Cushamen en las vías de La Trochita, el tren que va de Esquel a Ingeniero Jacobacci y atraviesa la comunidad mapuche.
Más de doscientos efectivos formaron una línea paralela a la ruta y avanzaron sobre la comunidad. No sólo liberaron en corte. También rompieron casas, golpearon a mujeres con niños y detuvieron a diez personas. Un mapuche recibió un disparo que le destrozó el tímpano y perdió la audición de un oído.
El 31 de julio, otra vez por orden del juez Otranto, Gendarmería llegó hasta la comunidad Pu Lof en Resistencia de Cushamen para liberar el corte de la ruta 40. Por la noche, los diez manifestantes que cortaban la ruta abandonaron y el piquete y se refugiaron en la casilla de guardia de la comunidad.
A la mañana del día siguiente volvieron a la ruta. El comandante Juan Pablo Escola dio la orden de avanzar: al menos 45 gendarmes armados con escopetas de balas de goma, palos y piedras entró en la comunidad y corrió a los manifestantes hasta el río. Entre ellos estaba Santiago Maldonado. El tatuador de 28 años estuvo desaparecido durante 77 días. El 17 de octubre su cuerpo apareció flotando en las aguas heladas del río Chubut. El juez federal Gustavo Lleral investiga la responsabilidad de Gendarmería en la muerte de Santiago.
El 23 de noviembre, el juez federal de Bariloche Gustavo Villanueva ordenó el desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu, junto al lago Mascardi. El operativo estuvo a cargo de los grupos especiales Albatros (Prefectura) y GEOF (PFA) y otros agentes de la Federal. Las fuerzas de seguridad detuvieron a cinco mujeres y varios niños.
Algunos integrantes de la comunidad lograron refugiarse en la montaña durante tres días. El sábado 25 de noviembre bajaron a la ruta para ver cuál era la situación y se encontraron con al menos 8 agentes del Grupo Albatros. “No nos dieron tiempo a nada”, declaró uno de ellos. Un disparo de 9mm le entró a Rafael Nahuel, de 22 años, por el glúteo y le salió por el tórax. A unos pocos metros cayó herida su prima, Micaela Johana Colhuan, y Gonzalo Coña.
Balas de goma y gases frente al Congreso
Miles de manifestantes se movilizaron al Congreso el 13 y 14 de diciembre en repudio al proyecto de reforma previsional que prevé el recorte de las jubilaciones.
El gobierno ordenó la militarización de la zona del Congreso. Gendarmería disparó balas de goma, lanzó gases lacrimógenos y le tiró los perros a la multitud. Ayer, varios dirigentes sociales y diputados, entre ellos Leonardo Grosso, Mayra Mendoza y Victoria Donda resultaron heridos.
Hoy, el fotógrafo Pablo Piovano fue herido con balas de goma en el pecho. El diputado Matías Rodríguez fue golpeado con un escudo y quedó inconsciente. La diputada Mayra Mendoza debió ser atendida en enfermería por los empujones de los gendarmes.