yanela

Por Cosecha Roja. –

El domingo 24 de febrero Yanela Medina dejó su casa en 114 y 26, Ranelagh, provincia de Buenos Aires, a las 10:30 de la mañana. Como los hermanos Medina son once, Yanela ayudaba a su madre con el trabajo. Esta vez tenía que caminar un par de cuadras hasta lo de una vecina para entregarle uno de los productos cosméticos que ella vendía por catálogo. La mañana que Yanela dejó atrás la puerta de casa tenía puestas unas calzas negras con flores, una remera blanca, un saco pequeño del mismo color y un par de zapatillas negras con tiras blancas. Así la vieron salir de su casa por última vez. Parte de esa ropa es la que tenía el cuerpo que fue encontrado en un arroyo de Berazategui. Hoy los resultados de los análisis de ADN confirmaron que el cuerpo sin vida de la nena que encontraron flotando en el río era de Yanela Medina.

Como la nena nunca llegó a la casa de la clienta, los padres hicieron la denuncia en la comisaria segunda de Berazategui y a las 11 de la mañana comenzaron a buscarla. “No te das una idea la desesperación que teníamos –dice Marcela, su tía- Una testigo dice que la vio en una estación de servicio en Sevilla y Camino General Belgrano. Dice que entró a comprar golosinas. Que fue alrededor de las 12. Que Yanella sonreía. Pero después perdimos el rastro”.

Ocho días después, encontraron su cuerpo sin vida en un arroyo de Berazategui a 4 kilómetros de la casa de la familia Medina. El cuerpo de Yanela presentaba signos de haber sufrido un abuso y se encontraba en un avanzado estado de descomposición. La autopsia confirmó que su muerte se produjo por empalamiento. Los padres, primero, confirmaron que las prendas de vestir coincidían con las que usaba Yanela el día que la vieron por última vez. Pero hasta que no se cotejara científicamente que ese cuerpo y el nombre de su hija se correspondían, mantenían una pequeña esperanza. Que se esfumó hoy, cuando la autopsia confirmó lo peor: esa nena, ese cuerpo que apareció en flotando en una bolsa de consorcio, con las manos y los pies atados con alambre, desnuda de la cintura para abajo, era Yanela.

“Yanella es una nena muy despierta, con toda la infancia por delante”, dice Marcela, que a pesar de la confirmación todavía se resiste a conjugar su nombre en pretérito. Sigue: “Estamos muy desconcertados con todo lo que pasó. La buscamos por cielo y tierra, no puedo creer que la hayan encontrado tan cerca de su casa. Estaba tan cerca y se nos escapó. Ahora lo importante es saber quién fue el responsable. Y que la justicia lo haga pagar por lo que hizo”.

Fuente: Agencia Telám.