gonzalo kappGonzalo Kapp,  el policía de Baradero que asesinó a Lucas Rotel, de 19 años,  fue condenado a prisión perpetua dos años después del crimen. En el juicio quedó  en evidencia el encubrimiento policial del comisario “Rambo” Franzoia, quien no fue acusado y conserva su cargo.

El caso Rotela llegó a su fin con la sentencia a prisión perpetua para el policía Gonzalo Kapp. El Tribunal Oral de lo Criminal N°1 de San Nicolás se expidió en la tarde del martes luego de dos años de proceso. Tanto los abogados de la familia Rotela como el fiscal Hernán Granda habían solicitado esa pena para el miembro de la Bonaerense, conocida por discriminar y estigmatizar a “los pibes de gorra o capucha”.

Lucas Rotela se levantaba todos los días a las 6 de la mañana para trabajar doce horas como albañil, junto a su padre y su hermano Martín. Al volver a su casa, dedicaba un rato a tomar mate con sus amigos, antes de salir a entrenar boxeo, el deporte elegido luego de que una lesión en la rodilla lo alejó del fútbol.

La noche del viernes 11 de febrero de 2011, Lucas estaba en la Plaza Colón con dos amigos y su moto de poca cilindrada. Entrada la madrugada , un patrullero de la policía comunal irrumpió a contramano y con las luces apagadas. Del coche descendieron Julián Esteban Cáceres y Gonzalo Kapp, dos policías de la Bonaerense que desde hacía un año se dedicaban a controlar el tránsito. En el juicio se comprobó que los policías se abalanzaron sobre Américo Marzoa, Walter Pérez y Lucas Rotela, con la infundada sospecha de que eran delincuentes motorizados.

Walter logró huir, Tito Marzoa y Lucas Rotela se montaron cada uno en su Zanella para intentarlo. A Tito lo detuvo Cáceres, y a Lucas lo persiguió Kapp. A  pocos metros lo arrinconó y le disparó a quemarropa con una Itaka. Las dos primeras postas eran de goma. La tercera era de plomo.

Rotela quedó tendido y Kapp lo abandonó. El adolescente llegó a su casa arrastrándose.

–       La policía me disparó por la espalda-  le dijo a su familia.

En el hospital  le extrajeron el bazo, un pulmón, el riñón y partes del intestino. No sobrevivió.

Gonzalo Kapp declaró que no sabía que la Itaka estaba cargada con postas de plomo y su defensor pidió que la condena fuese por “homicidio preterintencional”. En ese caso la pena correspondiente es de uno a tres años de prisión, y por ende Kapp no iría a la cárcel. Al ser un argumento endeble, pidió que de no operar ese planteo, se lo condenara por “homicidio culposo”, con una pena prevista de tres a seis años, sosteniendo que Kapp no quiso matarlo.

-Kapp tiró a matar, era como cazar a un león adentro de una jaula. Para ellos todo pibe con capucha es un delincuente, y no es así- declaró el padre de Lucas, Miguel Rotela.

Los peritos determinaron que Franzoia, el jefe de la policía de Baradero,  supo del incidente a las 5 de la madrugada, pero hasta las 9 no envió a nadie a  la escena del crimen. Lo describió como un enfrentamiento. Incluso acusó al padre de Lucas de ocultar pruebas determinantes en el caso, lavando la ropa destrozada por los balazos.

-Sería muy pelotudo en tratar de encubrir al asesino de mi hijo. Fue un reflejo mecánico- argumentó Miguel Rotela  – Es un mentiroso total, en el juicio respondió ‘no sé’ y ‘no me acuerdo’ a todas las preguntas que podían comprometerlo

El único imputado en el juicio fue Gonzalo Kapp.  Julián Cáceres sigue en funciones y el comisario Franzoia también.