Quizás Alexander “Sasha” Paul Coe, DJ danés de 47 años, se fue de Arroyo Seco sin saber que una chica de 20 años y un hombre de 34 murieron en la “Sasha new year’s party”, la fiesta electrónica en la que pasó música, en el complejo Punta Stage de Arroyo Seco.

Giuliana Maldovan era la chica. Tenía 20 años. Se descompuso en la fiesta. Llegó al hospital muy deteriorada y con un trastorno agresivo que impidió la inmediata atención médica.

Lucas Liberatore era el hombre. Tenía 34 años. El llegó a su casa en San Nicolás y murió varias horas después de la fiesta.

Ambos pudieron haber consumido éxtasis. En pocas horas se confirmará con el resultado de las autopsias.

“Esas muertes, que muy probablemente podrían evitarse, hablan de que es necesaria una estrategia integral para reducir los riesgos. Es decir, que hablamos de condiciones previas a lo que pueda ocurrir”, dijo a Cosecha Roja Jorgelina Di Iorio, doctora en Psicología y miembro del área de Intervención de la Asociación Civil Intercambios. “No se trata sólo de la difusión. El Estado debe garantizar y regular las habilitaciones. Lo que se hace ahora es clausurar en lugar de trabajar sobre las habilitaciones y eso trae de la mano a la clandestinidad”.

Ya en ocasión de la tragedia de Time Warp, Intercambios había señalado que “las políticas de drogas han actuado prohibiendo como si eso hiciera posible evitar el consumo. La prohibición de las fiestas tampoco resuelve la cuestión, dado que incita la organización de fiestas clandestinas, agravando todo tipo de riesgos”.

Para prevenir este tipo de tragedias, Di Iorio explicó que es muy importante la eficacia en la articulación entre el Estado, los empresarios, los organizadores y hasta los consumidores. Contó que en países como Colombia, México y Uruguay existe un testeo de las sustancias. “Con esa articulación se debería garantizar las condiciones de seguridad, la provisión de agua potable, los espacios de ventilación y descanso, un cuerpo médico y de ambulancias acorde a la cantidad de público. Además, resulta ineludible la necesidad de establecer puestos de difusión de información sobre los riesgos del consumo y la mezcla de sustancias. Otro tipo de medidas como las alertas tempranas o los programas de testeo de sustancias pueden generar una mayor conciencia para los usuarios sobre las sustancias que van a consumir”.

Desde abril del 2016, Intercambios AC viene desarrollando el Proyecto de Atención en Fiestas “PAF, un cachetazo al mal viaje” con el cual impulsamos la formación de un equipo de jóvenes asistentes a fiestas, para diseñar e implementar estrategias de intervención que promuevan prácticas de cuidado y consumo responsable entre usuarios de sustancias psicoactivas con fines recreativos.