Taddei y Vázquez

El Siglo.-

Desde la muerte de Wanda Taddei, hace tres años, hubo 132 mujeres quemadas. De esa cantidad de agresiones contra mujeres, casi el 50 por ciento resultaron mortales, según arrojaron las alarmantes estadísticas.

Durante 2012 se registraron 53 ataques con fuego, mientras que en el año que perdió la vida Wanda Taddei, después de ella fueron 20 las mujeres quemadas.

En tanto, en los 45 días transcurridos del 2013, ya se registraron 6 hechos más.

De acuerdo a lo publicado, teniendo en cuenta que en los dos años previos al ataque perpetrado por Eduardo Vásquez sólo fueron identificadas 9 embestidas de estas características (tres en 2008 y seis en 2009), se evidencia el notable incremento de los casos enmarcados en un fenómeno que algunos especialistas explican como “Efecto Wanda”.

En torno a los datos estadísticos, se ubica al Conurbano bonaerense como la zona de mayor registro con el 30 por ciento de los casos, mientras que Capital Federal obtiene sólo 5 puntos porcentuales y el interior del país los 65 restantes, con mayor fuerza en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Tucumán y Santiago del Estero.

Las cifras surgieron del historial elaborado por el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano”, perteneciente a la asociación civil La Casa del Encuentro.

Ada Rico, presidenta de dicha entidad, sostuvo que “el caso de Wanda Taddei se convirtió en un emblema de esa modalidad de femicidio”.

“Si bien ya existían antecedentes, la noticia tuvo una amplia difusión e impacto por el carácter mediático de Eduardo Vásquez. Desde allí han aumentado los ataques en los que las mujeres son incineradas por sus parejas”, explicó Rico. La titular de la Casa del Encuentro destacó que si bien “hay un Efecto Wanda”, también hay “un Efecto Impunidad por la falta respuestas de la Justicia”.

Al respecto, la especialista en cuestiones de violencia de género, explicó que “en los casos que ingresan a los hospitales con más del 65 por ciento del cuerpo quemado son inducidas en un coma farmacológico, razón por la cual se comienzan a demorar acciones judiciales a la espera de la declaración de la víctima”.

“Muchas veces mueren sin llegar a declarar. Por eso, es indispensable que en estos casos se actúe con celeridad y de oficio en el allanamiento, en la preservación de la escena y se agilicen los tiempos procesales para la reconstrucción de los hechos. Porque el principal problema en estas situaciones es no darle tiempo al agresor’, afirmó. “De esta manera, le vamos a empezar a demostrar a los violentos que el crimen perfecto no existe”, concluyó.