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La mujer denunció que su ex-pareja la maltrataba e intentó abusar de ella. “No puedo decir que estoy arrepentida” afirmó.

La violencia de género es el tipo de violencia física o psicológica ejercida contra cualquier mujer por el mero hecho de serlo, teniendo ésta distintas manifestaciones. En este contexto, una de las definiciones más aceptadas es la aprobada en diciembre de 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y que indica que este tipo de violencia se refiere a:«(…) todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada» (Asamblea General de la ONU. Resolución 48/104, 20 de diciembre de 1993)

De acuerdo a sus manifestaciones, esta ha sido la historia de Natalia Ludueña de 28 años, que luego de sufrir agresiones reiteradas por parte de su marido, le cortó su miembro, por lo que el hombre terminó en el Hospital Santa Francisca: «Mi historia es muy difícil…Imaginate que te dicen que te vengas a vivir con tus hijas y terminan dándote una vida de perros, insultándote, golpeándote…y sobre todo golpeándote delante de tus hijas y una teniéndose que bancárselas porque no tenés adónde ir.» Así comenzaba su relato esta joven de Arrecifes: «Hace cinco años que lo conozco. Tres conviví con él, hace dos que estoy separada y hace un mes más o menos que intentamos volver porque me prometió que no me iba a pegar. Mi hija más chica es también su hija y conociendo mi situación de no tener casa, él me dijo que no me iba a dejar en la calle y que volviera con las nenas. Los primeros dos días fueron maravillosos, después fue un desastre. Me pegaba, me insultaba, me rompía los ojos, no me dejaba trabajar ni comer ni vivir tranquila… Llegó un momento que me sentía sofocada. Varias veces me pegó frente a mis hijas y yo hice la denuncia, aunque no todas las veces que me pegó». Pero esta última vuelta resultó aún peor: «Ahora no sólo me golpeó sino que también intentó abusar de mí y yo me defendí…Él me quiso violar, me quiso forzar y por eso le corté el miembro, para que no lo vuelva a hacer conmigo ni con nadie más. Yo sé que estuvo muy mal, pero fueron dos segundos de mi vida que no pensé, o que pensé solamente en salvarme. Estábamos en un momento íntimo, por llamarlo de alguna manera, y yo agarré lo que tenía a mano y le corté el pene con un serrucho. Primero no me asusté, él sí, y yo le dije «así las vas a pagar». Después, cuando ví la sangre, sí tuve miedo y llamé al hospital. Lo fueron a buscar y se lo llevaron para atenderlo».

Ante tal situación, Natalia trató de explicar sus sentimientos ante tal decisión: «Yo no pensé en hacer tal o cual cosa, salió así, me defendí y me salió así… El está bien, no le toqué vasos sanguíneos, tuvo un corte donde le dieron siete puntos y por dos meses no puede hacer nada, después de ese tiempo puede tener una vida sexual normal. No puedo decir que estoy arrepentida. El no me denunció, yo sí hice la denuncia y por supuesto conté que lo corté. Hoy por hoy tenemos una orden de restricción mutua y es difícil seguir adelante después de esto. Yo no soy una mina jodida, no me meto con nadie y si puedo ayudar, lo hago, pero no me gusta que sean jodidos conmigo y menos con mis hijas».